“Combatir el cambio climático es un compromiso en el que todos los sectores debemos contribuir”, le dijo a EL NUEVO SIGLO la presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgén), Natalia Gutiérrez.

Lo expresó a propósito de lo expuesto por Bill Gates, para quien “descubrir una manera de obtener todas las ventajas de la electricidad barata y fiable sin emitir gases de efecto invernadero es el paso más importante que debemos dar para evitar un desastre climático”.

Así lo plantea en su libro “Cómo evitar el desastre del cambio climático”, en el que considera que “si lográramos generar electricidad neutra en carbono, podríamos utilizarla para descarbonizar muchas otras actividades, cómo nos desplazamos o fabricar cosas. Tendremos que sustituir el carbón, el gas natural o el petróleo por otras fuentes de energía, que en su mayor parte será de electricidad limpia”.

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Gutiérrez anotó que, “no obstante, como se menciona en el libro, ‘el sector eléctrico es solo el 27% del problema’ y sin embargo es al que más se le recarga a la hora de definir metas. Hay sectores como el agropecuario y problemas más graves como la deforestación que no están siendo visibilizados como verdaderos problemas y se evidencian pocos compromisos en este sentido”.

“En Colombia esta escala de asimetría es aún mayor, siendo un país que emite cerca del 0,42% del total de CO2, del cual el sector eléctrico es responsable del 10% (0,04%), lo que nos permite entender que nuestra matriz es limpia, reconocida a nivel mundial al ocupar el quinto lugar en sostenibilidad ambiental. Es importante resaltar que, por ejemplo, el factor de emisión del sector generación en Colombia es 79% menor al promedio mundial”, comentó.

Transición energética

Hace casi 15 días, el presidente Iván Duque citó a Gates señalando que “hay unos números que debemos tener presentes: 53.000 millones de toneladas de CO2 que se emiten anualmente en el mundo y cero que es la meta, que dice el, que debería fijarse la humanidad”.

Al hablar de la transición energética colombiana, Duque expresó que “teníamos una de las matrices energéticas más limpias del mundo, pero altamente concentrada en la producción con agua”, considerándola “muy apreciada”, pero apuntando que “lo cierto es que necesitamos diversificar la matriz”.

“Teníamos alrededor del 0,2% de la matriz en renovables no convencionales, principalmente eólica y solar”, sostuvo, agregando que “hemos puesto una meta y, nosotros, de lejos, vamos a llegar a más de 2.400 megas en los próximos dos años. Eso quiere decir que estaremos por encima del 14% y esa transición es vital”.

Para Gutiérrez, “Colombia no tiene la necesidad de crear un plan acelerado para la reducción de emisiones, ya que somos un país que cuenta con el 70% de generación de energía a partir de fuentes renovables. El 30% restante está integrado por plantas térmicas, en su mayoría a partir del gas, que son fundamentales para seguir garantizando la confiabilidad del sistema en Colombia y que día tras día se modernizan para mejorar sus procesos y bajar sus emisiones”.

Cifras de 2019 proporcionadas por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) sobre la generación de energía eléctrica (Sistema Interconectado Nacional, SIN) muestran que de los 66.548 gigavatios-hora (GWh) de ese año, 44.682 (67,14%) provinieron de hidroeléctricas, 21.272 (31,96%) de térmicas y 68 (0,1%) de fuentes eólicas (a partir de la fuerza del viento).

Más de 30 años

“La buena noticia”, precisó Gutiérrez, “es que Colombia y su sector eléctrico van mucho más adelante en esa carrera, ya que el país lo hizo hace más de 30 años de una forma responsable y en su gran mayoría con bajas emisiones. Además, es clave resaltar la inclusión de la política pública que el actual Gobierno ha impulsado para incluir energía solar, eólica y biomasa en la matriz energética, en complemento de la energía hidráulica que tenemos hace muchos años y que nos ha permitido sobresalir a nivel internacional, posicionarnos como ejemplo a seguir en términos de energía renovable y confiabilidad y tener una de las matrices más limpias del mundo”.

Efectivamente, para la organización no gubernamental británica Consejo Mundial de Energía (WEC), Colombia pasó en 2020 del puesto 47 al 35 en el ranking global que mide la sostenibilidad energética en cerca de 130 países comparados según sus logros en el triple desafío de brindar seguridad energética, posibilitar la equidad energética y mejorar la sostenibilidad ambiental de los sistemas energéticos.

Daniel Díaz, secretario técnico del capítulo colombiano del WEC, destacó que Colombia ocupó el año pasado el sexto puesto entre los países de América Latina y el Caribe “gracias al eficiente modelo de transición energética que se viene desarrollando desde el direccionamiento nacional y regional”, aseverando que “el desempeño de Colombia ha mejorado de forma sustancial, gracias a la alta calificación para la variable de sostenibilidad ambiental, debido, principalmente, a la incorporación de 2.200 megavatios de energías renovables en la matriz eléctrica”.

Energías renovables

Para el World Economic Forum, Colombia se encuentra entre los diez países con mayor potencial para la generación de energía a partir de fuentes no convencionales de energías renovables, pensando en lo cual los lineamientos para alcanzar la transformación energética contemplados en el Plan Nacional de Desarrollo prevén 14 proyectos de energía renovable gracias a los fuertes vientos que circulan por La Guajira y otras zonas de la Costa Atlántica.

En enero, durante la presentación de los diez hitos del sector minero-energético para este año, el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, aseguró que en 2021 se impulsará la reactivación sostenible de Colombia, ocupando un lugar clave la transición energética.

Mesa anunció que el propósito es consolidar este año la masificación de las fuentes no convencionales de energías renovables con una capacidad instalada acumulada de más de 700 megavatios, o sea 25 veces más que la que tenía el país en 2018.

“La transición energética de Colombia seguirá imparable en 2021. La meta en materia de incorporación de energía solar y eólica es llegar a los 37 proyectos nuevos conectados que representan 530 megavatios de capacidad instalada adicional, equivalentes al consumo de más de 450.000 hogares. De ellos, 36 serán solares, y uno más será eólico”, dijo Mesa.

En octubre, el alto funcionario declaró que “el país ha dado un gran salto en energías renovables no convencionales tanto en sistemas solares fotovoltaicos, así como en parques eólicos. Cuando llegamos en agosto de 2018, teníamos menos del 1% de la matriz de generación con estas fuentes y a 2022 vamos a dejar más del 12% de la matriz con fuentes eólicas y solares”.

El Ministerio ha informado que, para seguir impulsando la incorporación de energías renovables no convencionales, este año se desarrollará una nueva subasta de energías renovables (por 5 gigavatios) y la primera subasta en América Latina para un sistema de almacenamiento de energía con baterías a gran escala, que estará ubicado en Atlántico y tendrá una capacidad de 50 megavatios.

En los primeros seis meses del año se publicará la hoja de ruta del hidrógeno como una de las nuevas fuentes de energía limpia para los próximos diez años, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo.