22 meses de pandemia, ¿cómo la ha manejado Bogotá? | El Nuevo Siglo
Lo que hizo la pandemia del covid-19 por la salud pública, sobre todo en lo relacionado con la prevención, indicaron expertos, no tiene precedentes.
Foto El Nuevo Siglo/Diana Rubiano
Martes, 18 de Enero de 2022
Redacción Nacional

Este miércoles a la media noche Bogotá cumplirá 22 meses desde que se instauró la primera medida de aislamiento en la ciudad, que se denominó el simulacro por la vida, para que la capital se preparara para un eventual cierre definitivo, el cual llegó dos días más tarde cuando el presidente Iván Duque instauró la primera cuarentena del 2020. 

Pasados ya casi dos años, hoy la ciudad por donde entró este virus al país, a través del Aeropuerto El Dorado, tiene una cifra global de 1.572.383 casos, de los cuales 27.928 (el 1,8% del total) corresponden a personas que perdieron la batalla con el inicialmente bautizado virus de Wuhan.

Con esas cifras en perspectiva, y haciendo la salvedad de que este es un análisis retrospectivo, una pregunta se hace ineludible: ¿cómo manejó y cómo sigue manejando la ciudad capital la pandemia? Para responderse a esta pregunta, EL NUEVO SIGLO consultó a tres expertos de la Universidad de los Andes, y todos ellos se refirieron a los puntos más altos y más bajos del manejo que se le ha dado a esta enfermedad.

Los altos en el manejo de la pandemia

1. No hubo un colapso hospitalario

De acuerdo con el vicedecano de la facultad de Ingeniera de la Universidad de los Andes y experto en modelaciones matemáticas de enfermedades por vectores, Juan Manuel Cordovez, Bogotá lo ha hecho bien.

Hay puntos de comparación objetivos con otras ciudades de características similares, y si bien Bogotá muestra las olas que fueron resultado de la relajación de las medidas y que en su momento pusieron al sistema de salud “contra las cuerdas”, por decirlo de alguna manera, “al final pudo mantener una atención relativamente buena”.

“Hubo una cantidad de situaciones en las cuales no se pudo atender a las personas que necesitaban ser atendidas, pero no tuvimos que presenciar un colapso del sistema hospitalario como sí se pudo ver en ciudades como Guayaquil e incluso Nueva York”, advirtió a EL NUEVO SIGLO el vicedecano Cordovez.

2. Guardadas las proporciones, la cifra de fallecimientos no es mala

Con la salvedad de que el indicador de fallecimientos es el número que debe manejarse con mayor cautela, en tanto que detrás de cada cifra hubo un drama y una vida perdida, las casi 28 mil vidas perdidas, analizadas a la luz de otras ciudades similares a las de Bogotá, no es sinónimo de fracaso en la gestión del covid-19.

“Desafortunadamente el de fallecimientos es el indicador más veraz que tenemos, y no es una cifra mala. Si nosotros hubiéramos dejado que todas las muertes ocurrieran antes de que llegara la vacunación, habría habido muchos más fallecimientos, pero el hecho de habernos encerrado y de haber podido vacunar a un montón de personas a las que no les había dado covid-19, funcionó”, indicó.

Añadió que Bogotá tiene un conteo de muertes que es inferior al de muchas ciudades del mundo y en términos de esta variable “no nos ha ido mal. No somos de admirar pero comparativamente con otras ciudades similares a esta, estamos bien”, finalizó el profesor Cordovez.


Le puede interesar: Claudia López socializó estrategias de educación en presencialidad


 

3. El trabajo de médicos y academia, admirable

Otro de los expertos consultados, el epidemiólogo y salubrista también de la Universidad de los Andes, Luis Jorge Hernández, resaltó como uno de los puntos altos en el manejo de la pandemia, “la capacidad técnica de los trabajadores de la salud, de los hospitales y de las clínicas tanto de la red pública como de la privada. Es de exaltar la capacidad, la vocación y las competencias del sistema, y sobre todo de la gente que está en los territorios, que atendió las UCI, las consultas externas, las urgencias y la hospitalización”.

También resaltó el trabajo que han adelantado los epidemiólogos sobre todo a nivel territorial “y el papel propositivo y de aportes que hicieron las universidades y el sector académico en términos generales no tiene precedentes”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el profesor Hernández.

 

4. Un Plan Nacional de Vacunación funcional

Otro aspecto resaltado por los analistas fue el Plan Nacional de vacunación que, si bien todos ellos coincidieron en que arrancó lento, ha sido altamente efectivo tanto a nivel nacional como distrital. “Pese a las dificultades que tuvo, el plan de vacunación ha funcionado”, indicó el profesor Hernández.

Este fue un punto en el que concordó la médica y epidemióloga, también de la Universidad de los Andes, Andrea Ramírez, quien indicó que los biológicos llegaron y no dejaron de llegar, como sí ocurrió en otros países “y todos los que hemos querido nos hemos podido poner tres vacunas. O bueno, por lo menos están disponibles”.

 

5. Prácticas que llegaron para quedarse

Ahora bien, de acuerdo con la médica Ramírez, en salud pública la prevención siempre será lo más importante, y las medidas del lavado de manos, el tapabocas y la ventilación, que ya están completamente interiorizadas en la idiosincrasia colombiana y capitalina, serán claves precisamente para repotenciar tanto la salud pública como la epidemiología.

“Esta pandemia nos recordó la importancia de la higiene. En salud pública estas medidas son las que históricamente han salvado vidas. La mortalidad materna cuando los cirujanos no se lavaban las manos era elevadísima y bajó a cifras históricas cuando los médicos comenzaron a aplicar esta práctica en Francia y en Londres en 1857. Este es un ejemplo excesivo, aunque real, pero hay que rescatar que las medidas de higiene son muy importantes. Las habíamos perdido y con el covid-19 se recuperaron medidas básicas de salud pública”, indicó la médica Ramírez.

Agrego, además, que anualmente hay alrededor de 200 amenazas con relación a virus que tienen potencial epidémico que, aunque no lo son, “la interiorización de estas medidas fue un éxito presente y a futuro”.



Los bajos del manejo de la pandemia

1. Se le hizo mucho daño a los sectores económicos

El punto más bajo del manejo de la pandemia en Bogotá que resaltó el experto en modelaciones matemáticas de enfermedades contagiosas, el profesor Cordovez, fue el daño que algunas medidas le hicieron a los sectores económicos de la ciudad.

Reiterando el principio básico de que la pandemia tiene varias caras, una de ellas la económica, de acuerdo con el vicedecano “uno sí siente que en la capital se le hizo mucho daño a los sectores económicos más allá de lo que hubiera sido necesario”.

“Nos encerramos muy temprano y de forma muy estricta durante mucho tiempo, y en lugar de haber tenido este comportamiento de picos separados por valles con encierros súper pronunciados, lo ideal hubiera sido una conducta parecida a la que nos inventamos en septiembre del 2020, del funcionamiento de la ciudad por horarios (medida del 4X4). Retrospectivamente esa habría sido la manera correcta de operar durante todo el tiempo para no haber golpeado tanto a los sectores económicos y evitar el quiebre de tantas personas. Bogotá pagó un costo muy alto que no pagaron otros lugares del mundo”, añadió el profesor Cordovez.  

En este punto coincidió el epidemiólogo Hernández, quien ha sido reiterativo al decir que las cuarentenas prolongadas no sirvieron. “Las cuarentenas se pensaron para aplanar la curva y alistar los servicios de salud, lo cual no ocurrió, ni lo uno ni lo otro. Estas mismas fueron una respuesta típica de policía sanitaria que reemplazó la participación ciudadana. En otras palabras, significa que la política pública alrededor de la pandemia fue muy reactiva y ese es un punto negativo”, indicó a este medio el profesor Hernández.

2. Un sistema de vigilancia pobre

Otro de los aspectos referidos por el epidemiólogo Hernández fue que Bogotá tuvo un sistema de vigilancia epidemiológica muy pobre y muy pendiente de las pruebas de laboratorio, “cuando de lo que deberíamos estar más pendientes es de cortar cadenas de transmisión. Bogotá sigue sin tener un modelo de atención primaria”.

Agregó que “nuestro modelo sigue siendo muy restringido y curativo y sin lugar a dudas nos manda mucha prevención, manejo ambulatorio y manejo domiciliario”, agregó el profesor Hernández, quien concluyó que el covid-19 “evidenció grandes inequidades en salud que ya venían pero que la pandemia agudizó, tales como el de salud mental que, hoy por hoy es uno de los problemas más serios que tenemos en Colombia y creo que en el mundo”, finalizó diciendo.  

3. Infodemia, la segunda pandemia

Por último, de acuerdo con la médica y epidemióloga Rodríguez, con esta pandemia los rumores, la desinformación y las noticias falsas, la denominada infodemia, “ha cambiado el manejo de salud pública desde todo punto de vista y ha sido funesta. La infodemia, que estamos atravesando en un pico constante, es la pandemia de la desinformación y le compite a la pandemia del covid-19”, indicó a este medio de comunicación la epidemióloga Rodríguez.