Argentina sigue al borde del abismo por su controversia judicial, financiera y política con fondos especulativos, a riesgo de incurrir en default en una cuota a bonistas, impago que se produciría si fracasa un arreglo antes del 30 de julio.
Este lunes cae el primer vencimiento del pago de una cuota del bono Discount de los canjes (swaps) de 2005 y 2010 por unos 225 millones de dólares bajo legislación de Nueva York, en cuya justicia dirime un litigio con grupos de inversores que rechazaron la reestructuración.
El plazo de gracia y último vencimiento por contrato para acreditar el pago vence el 30 de julio, fecha en la cual se podría registrar la tan temida moratoria de la cuota si antes no hay un entendimiento de algún tipo con los demandantes.
"Si en un mes no hay acuerdo con los holdouts la cosa se va a poner extraordinariamente más complicada", dijo a radio El Mundo Daniel Marx, director de la empresa Quantum Finanzas de servicios financieros.
Organismos internacionales y países han manifestado su preocupación por un caso que podría ensombrecer todo proceso de reestructuración soberana, pero la Justicia ha ordenado "páguese" y no hubo vuelta que darle.
La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó para el lunes una "reunión extraordinaria" de su Consejo Permanente tras una solicitud de Argentina para informar el cuadro de situación.
El juez Thomas Griesa, a cargo del caso, abrió una negociación entre partes y designó coordinador a un abogado de prestigio, Dan Pollack.
Pero si tales conversaciones existen en estas horas de tensión e incertidumbre, están protegidas por secreto de Estado y nadie revela de qué se habla, en qué lugar, ni cuáles son las premisas de un eventual entendimiento.
"El gobierno quiere arreglar el conflicto con los fondos buitre (buscan cobrar por vía judicial papeles al 100%), pero debe hacerlo sin activar la cláusula RUFO", dijo a la prensa Javier González Fraga, un exgobernador del Banco Central argentino.
- Si uno cobra más, el resto también -
La cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers) de la reestructuración establece que si un acreedor recibe una mejora, todo el resto tiene derecho a reclamar lo mismo.
"Argentina debe firmar una carta de intención de acuerdo por seis meses con los fondos", recomendó Eugenio Bruno, abogado argentino especializado en asuntos de la deuda.
Si los litigantes fondos NML Capital, Aurelius, Blue Angel y otros 15 bonistas argentinos llegasen a cobrar el 100% de la deuda en efectivo, se desataría un tsunami de reclamos judiciales.
En primer lugar, demandarían el mismo trato otros holdouts que rechazaron los canjes, por unos 20.000 millones de dólares, y luego les seguirían los bonistas reestructurados, en su mayoría grandes bancos y casas de inversión, por otros 80.000 millones de dólares, más intereses.
Pagar 100.000 millones de dólares en efectivo para saldar una deuda es un escenario de ciencia ficción tanto para economistas como para calificadoras de riesgo, por lo que el default sería irremediable.
Al contrario de la moratoria de 2001, cuando colapsó la economía y el país sudamericano declaró el mayor cese de pagos de la historia contemporánea por casi 100.000 millones de dólares, Argentina cuenta ahora con recursos.
Incluso el gobierno depositó la semana pasada 839 millones de dólares de la cuota del Discount en la cuenta del agente autorizado, el Bank of New York (Bony), pero el juez inhibió el pago mientras se mantenga la deuda con los fondos.
La reacción del gobierno de la presidenta Cristina Kirchner fue afirmar el viernes que Griesa incurrió en "abuso de su autoridad" y calificó de "insólita" su inhibición de pago a los bonistas que adhirieron al canje.
- Griesa no embargó el dinero -
Griesa, contrariamente a lo que suponía Argentina, no trabó embargo del dinero, pese a que su fallo lo contemplaba.
Los fondos litigantes intentaron unas 900 veces embargar bienes argentinos en los últimos diez años, incluso el avión oficial Tango 01, y sólo tuvieron éxito temporario con la fragata insignia Libertad en un puerto de Ghana.
"El problema de este gobierno es que nunca se sabe qué va a hacer", dijo a la prensa local el vicepresidente de la calificadora de riesgo Moody's, Gabriel Torres.
Kirchner había declarado una vez por la cadena oficial de radio y TV que no se pagaría a los fondos especulativos lo que ellos pretenden, luego de haber comprado los bonos tras el default de 2001 a precio vil y frotarse las manos ahora con una ganancia que llegaría al 1.600%.
Pero la Corte de Apelaciones primero y la Corte Suprema de Estados Unidos dieron la razón a los fondos y dejaron al país en un callejón sin salida, o al menos con una salida que será necesariamente dolorosa.