La nave Soyuz despegó del cosmódromo de Baikonur rumbo a la Estación Espacial Internacional, llevando a bordo a tres tripulantes, entre ellos al estadounidense Nick Hague y al ruso Alexey Ovchinin, ambos supervivientes de un despegue fallido el año pasado.
La tercera integrante del equipo es Christina Koch, también estadounidense, en su primer vuelo al espacio.
Los tres tripulantes despegaron del cosmódromo de Baikonur a las 19H14 GMT, como estaba previsto.
"Soyuz está ahora en órbita y la tripulación está en camino hacia la Estación Espacial Internacional", dijo un comentarista en la televisión de la NASA, confirmando el éxito del despegue.
El lanzamiento fue controlado estrechamente, después de que un primer viaje espacial de Nick Hague y Alexey Ovchini resultara abortado.
Hague y Ovchinin debían comenzar el 11 de octubre una misión espacial de seis meses, pero un problema técnico en la nave Soyuz unos minutos después del despegue les obligó a realizar un aterrizaje de emergencia, constituyendo así el primer fracaso en la historia de los vueltos tripulados de la ISS.
Ambos, que salieron indemnes gracias al sistema de salvamento de la Soyuz, fueron sometidos a una presión de más de 6G cuando su cápsula fue eyectada, antes de aterrizar en las estepas de Kazajistán, donde fueron recogidos por los servicios de rescate.
El comandante de la misión, Alexey Ochivinin, de 47 años, se mostró el miércoles confiado, y explicó que la víspera tuvieron que reemplazarse piezas defectuosas en la nave Soyuz MS-12.
"Se detectaron disfuncionamientos menores", indicó, e insistió en el hecho de que la nave Soyuz estaba lista para el despegue: "No hay ningún problema".
Nick Hague, de 43 años, afirmó por su parte que esperaba impaciente el lanzamiento, en su segundo intento de viajar al espacio. "Me siento 100% seguro respecto al cohete y a la nave", declaró.
La misión será también la primera en el espacio para Christina Hammock Koch, de 40 años.
- Soyuz, una nave "vieja pero fiable" -
Según las conclusiones de la comisión de investigación rusa, el fracaso del despegue del 11 de octubre se debió a una "deformación" de un sensor durante el ensamblaje del cohete Soyuz en Baikonur.
Este incidente, así como una serie de fracasos y de problemas técnicos en los últimos años, empañaron la imagen de la industria espacial rusa, que es el orgullo del país.
"La Soyuz es una máquina vieja pero fiable", señaló a la AFP el experto Vadim Lukashevich, que añadió que el reemplazo de piezas en el último minuto era una práctica habitual.
Las naves rusas Soyuz conservan así un índice particularmente alto de lanzamientos de éxito, pero su supremacía quedó en entredicho por la nueva cápsula Crew Dragon de SpaceX, que superó el 8 de marzo un ensayo de seis días en el espacio. Esta demostración abre el camino a la reanudación de los vuelos tripulados desde Estados Unidos, suspendidos en 2011.
El despegue del jueves reestablecerá a seis el número de ocupantes de la ISS.
Los ocupantes ya a bordo del laboratorio orbital, el ruso Oleg Kononenko, la estadounidense Anne McClain y el canadiense David Saint-Jacques, recibirán a sus compañeros de la Soyuz MS-12 el viernes, cuando la cápsula se amarre a la ISS.
La Estación Espacial Internacional es un raro ejemplo de cooperación entre Rusia y Estados Unidos en un contexto de tensiones sin precedentes desde la Guerra Fría.
Dieciséis países participan en la ISS, que costó en total 100.000 millones de dólares, una suma pagada en su mayor parte por Estados Unidos y Rusia.