Según cifras del DANE, la población en el Área Metropolitana de Bogotá, compuesta por más de 20 municipios, ha aumentado durante los últimos años, lo que representa a su vez, un incremento en la carga contaminante que llega al río Bogotá.
A pesar de esto, la calidad del agua presenta características físico químicas similares a las de hace años atrás y aunque podría sonar a mentira, es un avance sustancial en el proceso de descontaminación, pues hay más personas ensuciando y aun así el río subsiste, manteniendo la proyección de que la calidad comience a mejorar con la entrada en operación de las plantas de tratamiento de aguas residuales, PTAR Salitre y Canoas.
Estas obras hacen parte de las obligaciones impuestas por el Consejo de Estado, que ordena a varias entidades y alcaldías, adoptar un plan que garantice la descontaminación del afluente.
La CAR es uno de los 46 actores sentenciados y debe cumplir específicamente con los trabajos de adecuación hidráulica para darle mayor capacidad de transporte de agua y mermar el riesgo de inundación, así como garantizar la construcción de plantas de tratamiento a lo largo de toda la cuenca, para disminuir la carga contaminante.
En este entendido, la entidad ha avanzado en la ejecución de las obras de adecuación hidráulica en 115 kilómetros del afluente, desde el municipio de Soacha hasta Puente Vargas en el municipio de Cajicá, en donde se amplió la capacidad hidráulica del vaso, permitiendo una mayor dinámica a pesar del crecimiento poblacional y de los eventos climáticos, que año tras año generan mayores impactos por consecuencia del cambio climático.
Estas obras consisten en la ampliación del cauce para evitar inundaciones, limpieza del mismo y compra de alrededor de 6 millones de metros cuadrados de predios para zonas de inundación controlada. Con esto, la capacidad hidráulica pasará de 80 metros por segundo a 130 metros por segundo; además se está ampliando la playa del afluente en 10 metros a cada lado y se están construyendo nuevos jarillones.
En los últimos 5 años, la Corporación ha retirado más de 9 millones de toneladas de sedimentos y basura, lo que ha permitido mejorar la capacidad de transporte hidráulico. Además, avanza actualmente en la ampliación y optimización de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales El Salitre, que mejorará la calidad del agua, al disminuir la carga contaminante que aportan los habitantes de la capital del país desde la calle 26 hasta la calle 220. Al mismo tiempo, se tienen asegurados los recursos para la construcción de la PTAR Canoas, que comenzará a funcionar en 2026 y tratará el 100 por ciento de las aguas residuales del municipio de Soacha y el 70 por ciento de las de Bogotá.
Junto a estas dos plantas, “cruciales para mejorar la calidad del agua en la cuenca media, la CAR adelantó la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales en los municipios de Funza, Tabio, El Rosal, Tocancipá y Madrid; y está por entregar las plantas de Chía, Zipaquirá, Fusagasugá, Tenjo, Mosquera, Cota y Ricaurte”.
Pero además se ha avanzado en el trabajo con los productores del sector curtidor. La operación de estas industrias sin los debidos permisos, contribuye a la contaminación del río, ya que los vertimientos producto de los procesamientos, llegan directamente a sus aguas. Por ello, la CAR realiza un trabajo continuo para que entren a la legalidad y puedan ejercer su actividad con conciencia, sin afectar el proceso de recuperación del afluente, hoy son más de 30 empresas legalizadas.
Además, en el último año la autoridad ambiental impuso cerca de 80 sanciones por realizar vertimientos ilegales al afluente, y hay empresas que han tramitado sus permisos de vertimientos, pero muchos de estos no se han otorgado por no cumplir los parámetros y/o límites establecidos.
“Con estas acciones, la CAR avanza hacia la recuperación del Río Bogotá y apunta a que en él haya vida. Incluso para el Banco Mundial, entidad que financia las obras de descontaminación, este modelo de recuperación que adelanta la autoridad ambiental, puede ser replicado en otros países. El organismo internacional realiza por estos días la verificación de obras, y para ello invitó a una delegación de Etiopía, con miras a que el país africano pueda adoptar a futuro este modelo”, indicó la Corporación.
Sin embargo, “el llamado reiterado de la entidad, es a que todos los habitantes de la cuenca se responsabilicen frente a la recuperación del río, que atraviesa la ciudad más grande del país y 46 municipios. Sin la conciencia ambiental de cada uno, el afluente seguirá contaminado, pese al esfuerzo institucional. La obligación es cuidarlo con acciones sencillas como la separación en la fuente, el no arrojar colillas de cigarrillos a la calle o no botar el aceite por el sifón. Sólo así se podrá garantizar la efectiva recuperación del río que lleva más de cien años contaminado”, concluyó.