$300 mil millones mueve microtráfico | El Nuevo Siglo
Domingo, 19 de Agosto de 2012

Aunque en las calles una “bicha” de bazuco puede valer apenas mil pesos, lo cierto es que el microtráfico de sustancias estupefacientes en Bogotá puede mover al año más de trescientos mil millones de pesos.

En ese marco, la venta ‘al menudeo’ de marihuana, bazuco, cocaína, heroína y éxtasis, entre otras drogas psicoactivas, ya toma una instancia delictiva distinta, en la que asoman ya no simples bandas pequeñas de expendedores, sino verdaderas estructuras mafiosas que manejan millonarias sumas ilícitas.

Para la Policía Nacional, el narcomenudeo y el consumo de drogas no sólo afectan la salud pública y destruye la vida de miles de drogadictos, sino que generan graves fenómenos de inseguridad asociados. Las bandas controlan tanto la venta de estupefacientes como todo el espectro criminal del sector en donde operan, que incluye extorsión, prostitución, robo de pequeña y gran escala, comercio ilícito de autopartes robadas y otros elementos…

De allí que a pesar de los ingentes esfuerzos de la Policía atacando las llamadas “ollas” y capturando a los “jíbaros”, el fenómeno continúa avanzando por las multimillonarias ganancias fáciles y tomando fuerza.

“Este fenómeno se volvió una preocupación nacional y debe ser atacado con todos los componentes del Estado, con la Policía y la Fiscalía”, dijo a EL NUEVO SIGLO el comandante Operativo de Control y Reacción (Cocor) de la Policía Metropolitana de Bogotá Coronel Mariano Botero.

En la ciudad la misma Policía reconoce la existencia de más de 500 de las llamadas “ollas” que expenden toda clase de estupefacientes al por menor.

“En lo corrido del presente año estamos hablando de más de 420 expendios, o las llamadas ‘ollas’, que han sido allanados y en su interior se han registrado importantes capturas y decomisos de alcaloides”, precisó Botero.

El oficial insistió en que “hoy podemos hablar de más de un sesenta por ciento de efectividad con respecto al año anterior. En cocaína este año llevamos un 39 por ciento más con relación al año anterior; en decomisos de heroína tenemos un 27 por ciento más; y de base de coca tenemos un incremento de 172 por ciento…. Igualmente en cuestión de marihuana llevamos un 25 por ciento más que se traduce en media tonelada más de decomisos respecto al año anterior”.

Aseguró que estos resultados obedecen al trabajo de los servicios de Inteligencia y de los uniformados, pero también gracias a la colaboración de la ciudadanía “pues sin esta ayuda o apoyo, es difícil mostrar estos resultados y seguir ganando espacio frente al delito”.

 

Los indicadores

 

De acuerdo con las estadísticas, los avances entre lo logrado el año pasado y lo corrido de éste son positivos. Las cifras indican que entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2011 fueron capturadas 5.347 personas vinculadas con el microtráfico y el narcomenudeo, mientras que en lo corrido del presente año ya se registran 8.704 capturas.

En cuanto a decomisos, en el 2011 salieron de circulación por la acción de la Policía de Bogotá 184.252 dosis o gramos de estupefacientes. Y este año ya se suman 256.374 dosis o gramos.

Al hacer la discriminación de ese cantidad global se encuentra que en heroína el año pasado se incautaron 4.856 y en el presente 6.183 gramos. En lo referente a cocaína, en 2011 se decomisaron 7.922 gramos y entre enero y agosto de este año ya van 21.537 gramos o dosis.

En bazuco la acción policial ha sido también efectiva. El año pasado se incautaron 170.268 gramos y en lo corrido de 2012 ya se alcanzaron 193.327 gramos o dosis. Y, por último, en marihuana las cifras registran que el año pasado fueron decomisadas 2.086.167 dosis frente a 2.606.683 en lo corrido del presente año.

 

Flagelo complejo

 

Las denuncias hechas en el Concejo de Bogotá advierten que el microtráfico permeó escuelas y colegios, así como residencias y moteles que arriendan "piezas" por horas para que hombres, mujeres y estudiantes de corta edad puedan drogarse sin la intervención de las autoridades.

A ello se suma que en sitios públicos y las conocidas zonas de “rumba” el microtráfico y el narcomenudeo crecen ante la mirada atónita de los ciudadanos. Pese a la vigilancia de las autoridades, las bandas de “jíbaros” se las ingenian para expender drogas tanto a habituales como a los ocasionales clientes.

Ante este fenómeno, el Comandante del Cocor dijo que la Institución viene trabajando para enfrentar este flagelo a través de la llamada Gerencia de Delitos.

“Tenemos un equipo especial que está pensando todos los días cómo enfrentar los fenómenos del narcotráfico y el microtráfico… En cómo hace el narcotraficante para contaminar a la ciudadanía y, a partir de este análisis, trabajamos con tres importantes ejes: prevención, disuasión y control”.

En materia de prevención se cuenta con grupos dedicados principalmente a dictar esa cátedra en las escuelas públicas y colegios e invitando a los hombres, mujeres y niños para que conozcan todos los graves problemas que trae consigo el consumo de estupefacientes y cómo hacer para evitar caer en ese mundo oscuro, que acarrea más delitos conexos.

“Muchas veces las familias afectadas por ese flagelo han desligado a sus hijos y otros seres queridos porque no los aguantan y soportan más, ya que el consumo los convierte en un grave problema para la unidad familiar por el hurto de joyas, dineros, electrodomésticos y objetos de valor para adquirir las drogas… Entonces esta situación deriva a que nosotros también tengamos otros delitos que investigar”, indicó el alto oficial.

En cuanto a la fase de disuasión, la Policía sabe ya en qué sectores quedan las “ollas” y allí viene aplicando una estrategia para desmantelarlas. De allí que, en materia de capturas, hoy hay más de 63 por ciento de efectividad frente al año pasado.

Paralelo a ello de manera habitual se llevan a cabo inspecciones en parques “porque vemos que en estos centros de la cultura del deporte y la tranquilidad se está centrando el problema. Prácticamente el ciudadano abandonó los centros de recreación porque los narcotraficantes o vendedores se apropiaron de estos espacios”.

La idea no es sólo capturar al expendedor aislado, sino desvertebrar la banda en todos sus niveles. “Estas redes son atacadas de manera estructural, logística y financiera. Estructural porque desde la base se hace el seguimiento hasta llegar a la cabeza de la red para lograr desmantelarla. En la parte financiera se busca quitarle todos los bienes obtenidos con dineros ilegales… Esos bienes se ponen a disposición de la Fiscalía para que de inmediato inicie un proceso de extinción de dominio”, precisó.

Atacar este último aspecto es clave “porque hemos encontrado que muchos de los capturados, una vez pagaban sus condenas en la prisión, volvían ante sus testaferros y reclamaban sus bienes o lo que habían conseguido de manera ilegal para seguir delinquiendo”.

Bajo este modelo hoy por hoy ya son más de 15 bandas desmanteladas en diferentes sectores de la Capital del país.

 

Menores de edad

 

Lo que más preocupa a las autoridades es que estas bandas están ‘reclutando’ cada vez más a menores de edad que “primero se convierten en víctimas y luego en victimarios”. Aquí es claro que los cabecillas aprovechan que los niños y niñas son inimputables.

“Nosotros tenemos un problema con los menores de edad. Aquí un niño o un jovencito primero aparece como víctima y de una u otra forma es involucrado en el negocio por parte de estos delincuentes inescrupulosos que los llevan a convertirlos en victimarios”.

De igual manera todos los días se trabaja en la prevención en todos los centros de enseñanza primaria y secundaria para evitar que los jóvenes caigan en las garras de las bandas. Esa labor no se limita a los establecimientos educativos sino también a sus alrededores para detectar a los expendedores y “ollas”.

“Son muchos los niños y jóvenes que lamentablemente han caído en esta dependencia y otros reclutados por estas redes criminales. Se inician como víctimas y luego se vuelven victimarios, llevando y expendiendo las drogas a sus compañeros e ingresando a la criminalidad…”.

 

Muertes asociadas

 

De otra parte, agregó el coronel Mariano Botero, este flagelo trae consigo numerosos crímenes pero en materia de homicidios sus cifras son bajas pero los que ocurren casi siempre son por ‘ajustes de cuentas’ y por el llamado control territorial.

“Los homicidios están asociados sobre todo en los fines de semana. En Bogotá se disparan por la ingesta irresponsable de bebidas embriagantes, la intolerancia y las riñas. Estos son factores fundamentales para que se presenten lesiones y homicidios”, precisó.

Sin embargo, aclaró, “tenemos casos en que hay unos ajustes de cuentas, pero la cifra de homicidios es mínima relacionada con el microtráfico o el narcomenudeo”.

 

Política integral

 

Según el Comandante Operativo de Control y Reacción es necesario establecer una política integral donde todos participen porque con la sola intervención de la Policía el flagelo del narcotráfico no se acaba en Bogotá ni en Colombia.

“Nosotros podríamos controlar ese crimen, pero hemos podido evidenciar que el delito se desplaza. Cuando atacamos un sector, entonces los expendedores desaparecen y buscan otro lugar”. De allí que se requiere una política integral, interinstitucional, desde el punto de vista social, educativo, de control y civismo.

Sobre la propuesta del alcalde capitalino Gustavo Petro en el sentido de crear centros de consumo de drogas controlado, el coronel Botero indicó que “el problema de la drogadicción es un problema de salud pública, cuya solución debe desprenderse de una serie de diferentes alternativas o políticas por parte de los diferentes entes de autoridad en materia de sanidad para lograr una mejor calidad de vida de estas personas afectadas y la actividad policial”.

 

El flagelo por dentro

 

Un estudio reciente de la Alcaldía Mayor de Bogotá sobre el consumo de sustancias psicoactivas revela cifras dramáticas y permitió a la Administración llevar a cabo un análisis sobre la comprensión del fenómeno y la orientación de la política pública para enfrentarlo.

El estudio registra que los hombres consumen más drogas que las mujeres, en especial los jóvenes de 18 a 24 años, seguido por el grupo de 25 a 34 años.

También se detectó que la marihuana es la sustancia ilícita de mayor consumo en Bogotá, con un número aproximado de 125.000 personas que dicen haberla usado, de los cuales alrededor de 70.000 pueden ser considerados como abusadores o dependientes, entre ellos 60 mil hombres y 10 mil mujeres.

Mientras tanto, la cocaína ocupa el segundo lugar entre las sustancias ilícitas de mayor consumo, con cerca de 28.000 personas en la ciudad.

El estudio señala que aproximadamente unas 16.000 personas se ubican en el abuso o dependencia. Luego en tercer lugar aparece el bazuco, del cual se reporta un uso por parte de unas 7.000 personas, en su mayoría hombres de los estratos socio-económicos 1 a 3, de las cuales 83,3% se clasifica en las categorías de “abuso” y “dependencia”.

En cuanto a drogas sintéticas como el éxtasis, el estudio registra que unas 12.000 personas han consumido esta sustancia, mayoritariamente hombres, jóvenes con edades entre 18 y 24 años, de los estratos socio-económicos 4, 5 y 6.

Igualmente es analizado el consumo de inhalables, principalmente por jóvenes entre los 12 y 17 años de edad.

Finalmente se registró que en Bogotá también se consume heroína, pero en una reducida proporción.