La ofensiva para dar con el paradero del máximo cabecilla del Clan Úsuga, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, es liderada por cuatro generales de la República, quienes están al mando de 1.200 hombres de la Policía.
Los investigadores de la Policía saben que el cabecilla de la banda emergente al servicio del narcotráfico utiliza disfraces, mimetismo y se mueve continuamente, buscando abrigo con familiares, amigos e incluso campesinos a quienes ayuda con mercados y dinero para aliviar su difícil situación económica y pobreza.
Las operaciones de la Policía, en las que colaboran el Ejército y de la Armada, son comandadas por el director de la Policía Antinarcóticos, general Ricardo Restrepo; el director de la Dijin, general Jorge Rodríguez; el director de Carabineros, general Luis Eduardo Martínez y el director de Inteligencia, Dipol, Jorge Vargas.
Los 1.200 uniformados trabajan sin descanso en los municipios de Necoclí, San Juan de Urabá, San Pedro y en Turbo, en Antioquia; en Acandí y en Unguía, en el Chocó, al tiempo que vienen extendiendo sus operaciones a los departamentos de Córdoba y Sucre, dijo a EL NUEVO SIGLO el director de la Policía Antinarcóticos, general Restrepo.
También las investigaciones se extienden a la frontera con Panamá y a la extensa región del Darien.
“Aquí contamos con los mejores investigadores de la institución y por esta razón hemos ido penetrando lentamente las alertas tempranas y líneas de seguridad y sus sistemas de comunicaciones con los que cuenta Otoniel. Creo que vamos en la dirección correcta, porque cada día avanzamos más hacia el objetivo final que es la captura no solo del máximo cabecilla de esa estructura al margen de la ley sino la de los demás dirigentes y de sus integrantes”, precisó Restrepo.
El oficial señaló que los 1.200 agentes “están moviendo piedra sobre piedra” en busca de los cabecillas del Clan Úsuga y de los integrantes de estas estructuras, en desarrollo de la más grande operación contra el narcotráfico, después de las exitosas acciones contra los otrora carteles de Cali y de Medellín, dirigidos por los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, actualmente presos en los Estados Unidos, y Pablo Emilio Escobar Gaviria, quien murió al enfrentar al entonces Bloque de Búsqueda, en la capital de Antioquia.
El oficial expresó que “el trabajo es duro y difícil” en desarrollo de la Operación Burbuja y de la mano de la Fiscalía, no solo detrás de Otoniel sino todos los cabecillas de esta estructura del mal, entre ellos: Roberto Vargas Gutiérrez, alias Gavilán; Jairo Durango Restrepo, alias Guagua; Carlos Antonio Moreno, alias Nicolás; Luis Padierna Peña, alias Inglaterra; Jader Jades Blandón, alias Boris; Nelson Hoyos Sepúlveda, alias Z-5 o Canoso; Aroldo Sacristán Mahecha, alias León; Sergio Antonio Carrascal Gómez, alias El Metra; Víctor López, alias Pecas ; Ángel Martínez Murillo, alias Licinio; José de Las Nieves Rodríguez, alias Soldado; Héctor Fabio Restrepo, alias Junio o Comejen; Rubén Darío Ávila, alias Felipe; José Córdoba Pinto, alias Negro Perea; Miguel Mariano García, alias El Extranjero; alias El Indio; alias Pipón y alias Pico Flaco, entre otros.
En la Operación Burbuja se dispone de helicópteros Black Hawk (Halcón Negro); aviones especiales de inteligencia y equipos con tecnología de punta.
“No puedo medir si es más fuerte o no la presión contra esta estructura que las que se adelantaron contra los cabecillas de los carteles de Cali y Medellín, entre otros, pero lo que sí puedo decir es que teniendo en cuenta que las circunstancias han cambiado, que la forma de actuar de los criminales, la institución ha adaptado también este tipo de operaciones”, dijo el general Restrepo.
Mimetismo
En cuanto a los disfraces y mimetismo que viene utilizando alias Otoniel en un esfuerzo para evadir los cercos de la Policía y de la Fiscalía y de las Fuerzas Militares, el director de la Policía Antinarcóticos expresó: “es algo que hemos podido evidenciar no solamente que se perfile sino que además aprovecha las zonas selváticas de esta región para sus desplazamientos, tratando de abrir brecha y distancia con nosotros”.
“No es un secreto que Úsuga David acude a todos los medios posibles para evadir a los investigaciones, escapar de las operaciones y para poder ir de un lugar a otro. Cambia de estilo y busca verse de manera distinta ante los campesinos y autoridades. Sabemos que cambio de look para tratar de pasar desapercibido, pero reitero que cada día nos vamos acercando a nuestro objetivo de alto valor para el Gobierno nacional”, agregó.
Señaló que “también es necesario reconocer que tal vez la ausencia de muchos años de autoridad como la Policía, la Fuerza Pública y de otras entidades del Estado, los cabecillas del narcotráfico buscaron ganarse la amistad y la confianza de algunos campesinos que, en algún momento de manera humilde, digámoslo así, de manera desprevenida, terminan protegiéndolos”.
Aseguró que una barrera difícil de sortear es el silencio de los labriegos que, además, temen sufrir las consecuencias de hablar con los investigadores, pues alias Otoniel cuenta con redes de informantes que también vienen siendo vulneradas por los organismos secretos.
“Otoniel no utiliza teléfonos celulares ni radios y que acude a los correos humanos, pues sabe que puede ser ubicado rápidamente por los servicios de inteligencia a través de la tecnología del GPS o por la vía satelital y determinar su posición. Pero también puede ser ubicado por triangulación”, aseveró el oficial.
Los servicios de inteligencia saben, señaló el oficial, que “Otoniel no es fácil de encontrar porque es experto en evasión y escape, técnicas que aprendió durante su militancia en las filas de las guerrillas del Epl, en las Farc y en las desaparecidas autodefensas”.
“También conocemos que casi nunca duerme dos noches en el mismo sitio, salvo que este súper protegido por algún familiar y estén vigentes las alertas tempranas o puntos con los que ya casi no cuenta, debido al accionar de la Policía. Camina mucho, especialmente en horas de la noche y siempre busca los recorridos difíciles y se enmonta para no dejar rastros. Se desplaza con dos o tres personas de su absoluta confianza que no lo traicionarían por ninguna plata de mundo”, dijo uno de los investigadores al diario EL NUEVO SIGLO.
El investigador narró que Otoniel no se desplaza a población alguna, pues es ampliamente conocido y podría ser capturado y por esta razón prefiere la protección de sus familiares, amigos y algunos labriegos que en algunos casos le facilitan caballos o mulas para sus desplazamientos por la selva o regiones agrestes.
“Los encargados de la seguridad de Otoniel acuden al humo para dificultar las operaciones de los helicópteros contra sus estructuras y cuentan con los llamados - puntos -, es decir, hombres y mujeres, ubicados en lugares estratégicos que pueden observar el desplazamiento de una motocicleta, una camioneta y por supuesto de las patrullas de la Policía y de las Fuerzas Militares”, indicó el investigador.
Explicó que en “una vez detectan la presencia de extraños y de las autoridades, hacen las comunicaciones de rigor a sus contactos que luego lanzan las voces de alerta y las maniobras de evasión y escape”.
Capturas
El general Restrepo indicó que desde que entró en operación la Fuerza de Tarea Neptuno, en Turbo, el pasado 21 de febrero, para enfrentar a los grupos armados al margen de la ley que delinquen en el Caribe, entre ellos el Clan Úsuga, han sido capturadas 443.
“Entre los capturados contamos con 304 hombres y mujeres sindicados de integrar directamente el Clan Úsuga y las otras 139 personas fueron capturadas por solicitudes de juzgados, por otros delitos y que obviamente nosotros ejecutamos esas órdenes emitidas por autoridad competente, como es nuestro deber”, dijo el general Restrepo.
Señaló que “en desarrollo de las operaciones nos hemos visto en la necesidad de neutralizar a seis delincuentes de estas estructuras que se han enfrentado a la Policía y a quienes hemos encontrado con uniformes de uso privativo de la Fuerza Pública, con armamento de largo alcance, con granadas de fragmentación, con logística y elementos que les permite moverse en esta zona rural”.
“Aquí hemos encontrado de todo, hemos incautado 77 armas de fuego de corto y largo alcance, más de 15 mil proyectiles de guerra y para armas cortas; explosivos, granadas de fragmentación, granadas para fusil, radios de comunicación. También hemos incautado ya más de 13 toneladas de clorhidrato de cocaína, se han destruido 60 laboratorios de producción de base de cocaína y de clorhidrato de cocaína y se destruyó una pista clandestina”, agregó.
“Nuestro propósito es ir hasta el final, pues es la orden que hemos recibido del señor presidente, Juan Manuel Santos, de nuestro ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas y de nuestro director de la Policía, general Rodolfo Palomino, de capturar a los narcotraficantes que delinquen en esta región y que están enquistados en el Clan Usuga”.
“Es la primera vez que hay cuatro generales de la Institución en una operación de tanto significado para el Gobierno y para el país. Eso si es cierto, tal vez en lo que llevo como oficial de la Policía, es la primera vez que veo, digamos de manera directa, en la operación de cuatro generales. Sin embargo, eso no quiere decir que los generales estemos fuera de la operación, siempre la estamos liderando”, dijo.
Además de los quebrantos a todos los sistemas de seguridad y de comunicaciones del clan, se vienen golpeando sus ingresos económicos de esta organización criminal, lo que más les duele. “Hemos ocupado con la Fiscalía unos 147 bienes para efectos de extinción del derecho de dominio, bienes que están avaluados aproximadamente en unos $180 mil millones”, indicó.
También se ha incautado dinero en efectivo y capturado cabecillas y testaferros. “Es decir, en palabras más, palabras menos, hemos minado mucho la organización criminal”.
“Si le cuento como está en estos momentos Otoniel, no lo podemos capturar. Lo único que le puedo decir a EL NUEVO SIGLO y a los colombianos es que estamos haciendo un esfuerzo inmenso y no vamos a desfallecer en la búsqueda no solo de Otoniel sino de los demás cabecillas e integrantes de esa estructura criminal”, expresó.
“Lo que sí puedo decir es que le estamos cortando el oxígeno, le estamos cerrando los corredores de movilidad y ya contamos con redes de cooperantes que nos mantienen bien informados para ir minando sus estructuras y acercarnos cada día a nuestro objetivo”, aseguró.
“Sabemos que las redes o tentáculos del clan Usuga David delinquen no solo en la región agroindustrial de Urabá, sino también en los departamentos del Chocó, Valle del Cauca, Córdoba, Sucre, Norte de Santander, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Guajira, Meta, Casanare y Arauca, entre otras regiones del país”, precisó.
En cuanto a los uniformados que han muerto en desarrollo de la Operación Burbuja, el director de la Policía Antinarcóticos confirmó que “ya son 18 oficiales, suboficiales y patrulleros que perdieron la vida lamentablemente en el accidente del helicóptero y un policía que murió víctima de un ataque de un francotirador de esta organización criminal”.
“Además tenemos que recordar a los dos agentes y al erradicador que perdieron parte de sus extremidades inferiores pisando minas antipersonas en el trabajo de erradicación de cultivos y en la Operación Burbuja”, expresó.