Ante los afanes y las múltiples responsabilidades que tienen en su día a día, es común que las personas se quejen constantemente de padecer de estrés. Este hecho, al volverse recurrente, puede afectar considerablemente el estado de salud y traer consigo enfermedades, según destaca Martha Isabel Pérez, médica especialista en ayuda psicosomática adscrita a Colsanitas
Señala que los signos físicos y emocionales del estrés no deben ser tomados como parte de la rutina cotidiana y por ello define 10 síntomas del estrés por los que se debe consultar al médico.
1. Dificultades con el sueño: puede evidenciarse en cualquier de los extremos: teniendo problemas para conciliar el sueño o durmiendo más de las horas recomendadas. Ello puede ser causado por alteraciones en el sistema nervioso.
2 Dolor de cabeza y cuello: el dolor de cabeza se vuelve más recurrente, su intensidad y duración es elevada. Otra situación es que los músculos se tensionan y el cuello o la mandíbula se sienten rígidos.
3. Dificultades para respirar: se puede experimentar una respiración agitada o entrecortada en varios momentos del día y en especial cuando está expuesto a situaciones estresantes. Es fundamental reconocer cuando cambia la frecuencia respiratoria e identificar cuál es el motivo para hacérselo saber al médico. La respiración está directamente influenciada por el estilo de vida de las personas, así, una buena respiración tiene efectos sobre el estado físico y emocional.
4. Constantes problemas digestivos: dolor de estómago, espasmos e incluso gastritis son molestias permanentes en el sistema digestivo de un paciente que sufre de estrés.
5. La tensión arterial se eleva: Ante situaciones estresantes el organismo libera una serie de sustancias que producen cambios en el sistema cardiovascular, lo que desencadena en un incremento de la frecuencia cardíaca y en un aumento de la presión arterial.
6. Disminución en la memoria y capacidad de concentración: es difícil concentrarse para atender los asuntos del trabajo, casa o estudio, así como recordar datos o eventos.
7. Fatiga: se trata de un cansancio crónico, que no desaparece con un reposo prolongado o con varias horas de sueño. Este tipo de fatiga además de desgastar el estado físico, también provoca la sensación de no rendir adecuadamente en las actividades cotidianas.
8. El peso fluctúa: es común que en corto tiempo el peso aumente y disminuya. El estrés crónico y la ansiedad pueden provocar cambios en la dieta y llevar a la preferencia de alimentos ricos en grasas nocivas, azúcar y sal.
9. Puede sentirse ansioso e irritable: la ansiedad e irritabilidad son los cambios emocionales más característicos que afronta un paciente ante el estrés crónico. Esto puede venir acompañado de nerviosismo, temblores, taquicardia y un sentimiento de preocupación excesiva por diferentes asuntos.
10. Aumento en el consumo de cigarrillo y/o alcohol: las situaciones de estrés intensas y duraderas llevan al paciente a realizar conductas nocivas para la salud. Fumar y beber con más frecuencia o en mayor cantidad se constituyen en conductas de riesgo que pueden estar directamente asociados con la hipertensión arterial.
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10. Aumento en el consumo de cigarrillo y/o alcohol: las situaciones de estrés intensas y duraderas llevan al paciente a realizar conductas nocivas para la salud. Fumar y beber con más frecuencia o en mayor cantidad se constituyen en conductas de riesgo que pueden estar directamente asociados con la hipertensión arterial.