Se sabe que la Casa de Nariño tiene pensado llevar por semana a un grupo de periodistas a Oslo y luego a La Habana, Cuba, para que cubran las incidencias del proceso de paz. Lo que sí viene pidiendo el Gobierno es que el cubrimiento periodístico sea de forma tal que no se caiga en el síndrome de lachiva, pues una información apresurada podría afectar la marcha de las conversaciones.
Seriedad y profesionalismo