“Yo no adquirí nunca un terreno baldío”, explicó anoche la ministra de Educación, María Fernanda Campo, respondiendo acusaciones del congresistas del Polo Democrático, las que calificó de “falsas” y destinadas a “cuestionar mi buen nombre y el de mi familia”.
La alta funcionaria dijo, a través de un comunicado, que “adquirí un predio que es equivalente a una UAF”, Unidad Agrícola Familiar, “a unos particulares a título de compraventa y soy la única beneficiaria de esta sociedad” constituida el 16 de marzo de 2010.
Esa UAF, precisó, junto a otras 24 participan en un proyecto liderado desde 2009 por Indupalma en Vichada para la siembra de cultivos de caucho natural.
“Cuatro hermanos míos constituyeron otra SAS”, Sociedad por Acciones Simplificada, “de la cual yo no soy accionista. Con esta sociedad ellos adquirieron otra UAF, a unos particulares distintos”, aclaró.
En el debate de control político realizado ayer en la plenaria de la Cámara, el representante vallecaucano Wilson Arias, del Polo, denunció lo que consideró “un nuevo caso de acaparamiento de baldíos, en el que están involucrados el Ingenio Manuelita y personas asociadas con el narcotráfico y grupos paramilitares”.
Pero fue el representante por Bogotá, Iván Cepeda, también del Polo, quien cuestionó el uso de baldíos adquiridos por empresas relacionadas con la hoy ministra Campo, cuando se desempeñaba como presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá.
“Aunque no se configuraría una ilegalidad porque cada SAS compró una UAF sin sobrepasar lo permitido por ley”, precisó Cepeda, “se cuestiona que una misma familia cree varias SAS para realizar dichas compras y luego ponga esos predios al servicio de un solo proyecto agroindustrial de 25.000 hectáreas de la empresa Indupalma, cuyo gerente es el exesposo de la ministra, Rubén Darío Lizarralde”.
Arias reveló que el grupo vallecaucano Manuelita, a través de empresas pertenecientes a éste, se habría hecho a la compra de al menos 17.700 hectáreas en Orocué, Casanare, en predios baldíos adjudicados inicialmente a campesinos, denunciando que en la tradición de los predios aparecen personajes como Gelber Mauricio Oicata, “conocido testaferro de alias el Loco y de Cuchillo”, al igual que Oscar de Jesús López, exgobernador y excongresista “condenado por concierto para delinquir y conformación de grupos paramilitares”.