Desde Argelia a Irak, pasando por Yemen, los yihadistas piden sin descanso la liberación de Aafia Sidiqui, científica paquistaní encarcelada en Estados Unidos y convertida en su heroína para gran disgusto de la familia, que clama su inocencia.
En los últimos meses, el nombre de esta misteriosa paquistaní de 42 años resurgió de entre la nebulosa de la "guerra contra el terrorismo".
A miles de kilómetros de la residencia familiar de Karachi, el grupo Estado Islámico (EI) reclamó en vano en Irak y en Siria su liberación a cambio del periodista estadounidense James Foley, al que decapitaron.
Hace tiempo que los movimientos yihadistas piden la puesta en libertad de Sidiqui, sin que se sepa si es de los suyos o la usan para justificar sus atrocidades. Años en los que su familia se desespera por los horrores cometidos en su nombre.
Todo comenzó el 1 de marzo de 2003, con la detención por las autoridades paquistaníes del presunto cerebro del 11 de septiembre, Jaled Sheij Mohamad. Fue entregado a los estadounidenses y trasladado a Guantánamo, donde fue torturado por la CIA, según el informe del senado norteamericano.
Al cabo de unos días, Aafia Sidiqui, sospechosa de mantener vínculos con Al Qaida, desapareció misteriosamente en Karachi. En aquel entonces pocos medios de comunicación publicaron el arresto de la primera mujer acusada de estar relacionada con el movimiento de Osama Bin Laden. Aafia se convierte en "Lady Al Qaida".
- La tesis del complot -
Reaparece cinco años más tarde en Afganistán, donde es detenida por fuerzas locales en Ghazni (sudeste). Según el acta de acusación estadounidense, lleva consigo dos kilos de cianuro de sodio ocultos en botes de crema, manuales de instrucción para la guerra química y planos de los principales monumentos de Nueva York.
Los afganos la entregan a los estadounidenses. Según testigos, en el interrogatorio se apodera de un arma y dispara al grito de "¡Muerte a Estados Unidos!" y "¡Quiero matar a estadounidenses!". Quienes la interrogan salen ilesos pero ella resulta herida.
Fue transportada a Estados Unidos y condenada en 2010 a 86 años de cárcel por intento de asesinato de soldados, y no por sus presuntos vínculos con Al Qaida.
Pero como en las novelas de espionaje, quedan lagunas. ¿Dónde estuvo de 2003 a 2008 y cómo aterrizó en Afganistán? Nunca se supo, reconoció el juez estadounidense.
Los partidarios de la paquistaní denuncian un complot. Según su familia, Aafia y sus tres hijos fueron detenidos en Karachi por agentes paquistaníes y estadounidenses cuando se dirigían al aeropuerto.
"Horas después de que se fuera, un hombre llamó a la puerta de casa y dijo a mi madre: 'si abre la boca o presenta una denuncia a la policía, acabará con cuatro muertos en los brazos", contó a la AFP Fowzia Sidiqui, hermana de Aafia.
Durante su juicio de 2010, Aafia Sidiqui afirmó haber estado "mucho tiempo" en una "prisión secreta". Su comité de apoyo sostiene que fue encarcelada clandestinamente durante parte de esos años en la prisión estadounidense de Bagram, en Afganistán.
- "Si Aafia supiera..." -
Nada parecía predestinarla a este destino. Pasó la infancia entre Pakistán y Zambia y a los 18 años, en 1990, llegó a Estados Unidos, donde estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y en la universidad de Brandeis, de donde sale con un doctorado en neurociencia.
En los 90, su familia organizó una boda con un médico de Karachi, Amjad Khan, que se va a vivir con ella a Estados Unidos, donde pasan el tiempo entre estudio, asociaciones caritativas y reparto de coranes en la universidad.
A partir de 2001, el FBI los sigue de cerca por sus donativos a organizaciones musulmanas y la compra de unas 10.000 gafas nocturnas, libros y equipos de protección militar.
Un año después, regresaron a Pakistán. Aafia pidió el divorcio. Responsables estadounidenses sospechan que se volvió a casar -lo que su familia desmiente- con Amar al Baluchi, un sobrino del presunto cerebro del 11 de Septiembre.
Detenido en 2003 en Pakistán, Baluchi fue encarcelado en Guantánamo.
Algunos responsables estadounidenses acusan a Aafia Sidiqui de haberse vinculado a Al Qaida y de haber vivido entre 2003 y 2008 en Afganistán, con la familia de Baluchi o con rebeldes talibanes.
Una hipótesis desmentida por su familia. Pero lo cierto es que el tiempo pasa y "Lady Al Qaida" corre el riesgo de convertirse en "Lady Estado Islámico".
"Si Estados Unidos y Pakistán no hacen nada" por Aafia, "gente como la del Estado Islámico se aprovechará", lamenta su hermana Fowzia. "Si Aafia supiera cómo se utiliza su nombre, estaría destrozada", asegura.