Tras varios años de altibajos, el fútbol bogotano está en un punto de alto rendimiento. El año pasado Santa Fe acabó con más de tres décadas y media de frustraciones y alcanzó el campeonato en el torneo apertura del fútbol profesional. Y en la segunda mitad del año el turno fue para Millonarios, que también llevaba prolongado tiempo sin sumar una estrella. Vino la Copa Libertadores, en donde el balance fue desigual, pues mientras los azules no superaron la primera ronda, los rojos están ya en la semifinal.

No obstante en el rentado local ambas escuadras no decepcionaron, ya que Santa Fe, bajo la dirección de Wilson Gutiérrez, cabalgó el torneo y terminó primero en el todos contra todos, mientras que Millonarios, conducido por Hernán Torres, supo superar un bache de rendimiento, se encarriló y cerró con bríos, asegurando con anticipación su tiquete a los cuadrangulares.

Luego de una temporada para olvidar de La Equidad, Millos y Santa Fe quedaron en el mismo grupo, lo que significa que solo uno de ellos podría, eventualmente, llegar a la final. Lo importante es que Bogotá peleé por la estrella de nuevo, y ésta quede en casa, como justo premio a dos de las mejores hinchadas del país.