El ejército sudanés tuvo gestos intimidatorios en el transcurso de una misión conjunta ONU-Unión Africana ante acusaciones de violación colectiva en Darfur (oeste de Sudán), según un informe confidencial de la ONU.
Un sitio de noticias sudanés informó el 2 de noviembre que soldados sudaneses habían violado a 200 mujeres y niñas en Tabit, Darfur del Sur, a fines de octubre.
La ONU aseguró el lunes que los cascos azules no habían hallado pruebas de esta violación.
Un informe interno de la Minuad, al que tuvo acceso la AFP, describe "un ambiente de terror y silencio" durante la visita en el lugar de los cascos azules el domingo y considera que la "actitud y las respuestas de las personas interrogadas revelaban un clima de terror e intimidación".
El informe destaca la presencia "de una gran cantidad de miembros del ejército sudanés, uniformados y de civil, en el pueblo de Tabit". Las personas interrogadas se mostraron "reacias a hablar de las acusaciones de violación colectiva en Tabit", muchas de ellas rechazaron incluso de plano responder.
Los equipos de cascos azules también fueron seguidos por soldados sudaneses que filmaron algunas de las entrevistas con sus teléfonos celulares.
Según un profesor consultado por la Minuad, el ejército sudanés había pedido por adelantado a los habitantes del pueblo "que no dieran informaciones" a los cascos azules.
El ejército sudanés había impedido el acceso a Tabit a la Minuad el martes pasado antes de autorizarlo el domingo a una patrulla de cascos azules.
Según un comunicado de la Minuad, "ninguna de las personas interrogadas confirmó que alguna violación se produjo el día que mencionó el medio" en cuestión. La misión dijo, no obstante, que seguía investigando.
El presidente del Consejo de Seguridad, el embajador australiano Gary Quinlan, cuestionó el martes los resultados de la primera investigación, considerando que la presencia masiva de los soldados sudaneses pudo haber creado "un muro de silencio".
El ejército sudanés desmintió las acusaciones de violación colectiva, que consideró "insensatas".
El conflicto en Darfur estalló en 2003 cuando las tribus no árabes comenzaron a rebelarse contra Jartum, denunciando su marginación en el país. Según la ONU, dejó más de 300.000 muertos y dos millones de desplazados en 11 años.