El guía de la revolución iraní, ayatolá Alí Jamenei, prometió "castigar a los autores del asesinato" del científico nuclear Mostafa Ahmadi Roshan, cuyos funerales oficiales se celebraron hoy en Teherán.
Por su lado, frente a la determinación de Irán de continuar su controvertido programa nuclear, Estados Unidos y los países de la Unión Europea tratan de adoptar nuevas sanciones petroleras y financieras.
Sin embargo, Rusia denunció estas sanciones unilaterales mientras que Japón dio marcha atrás, expresando sus reservas respecto a esas medidas que podrían hacer se disparen los precios del crudo afectando a la economía mundial.
En Teherán, una importante multitud participó en los funerales de Mostafa Ahmadi Roshan al término de la oración semanal y los restos del científico fueron sepultados en un cementerio al norte de Teherán.
Los manifestantes gritaban consignas como "Muera Estados Unidos", "Muera Israel" y "Muera Gran Bretaña".
Algunos llevaban retratos del presidente estadounidense Barack Obama sobre los cuales estaba escrita la palabra "terrorista" en inglés.
El científico y su chofer murieron el miércoles por la explosión de una bomba magnética colocada contra su automóvil en pleno centro de la capital, en un atentado que Teherán imputó a Estados Unidos e Israel.
Desde enero de 2010, otros tres científicos, dos de los cuales implicados en el programa nuclear, fueron asesinados en acciones similares en Irán.
El ayatolá Ali Jamenei, guía supremo de la República islámica , acusó a los servicios secretos estadounidenses e israelíes, "la CIA y el Mossad", de estar detrás del atentado, prometiendo "castigar a los que cometieron este crimen".
El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, que acaba de terminar una gira en América Latina, prometió por su parte que su país "resistirá" a las presiones y a los "insultos" del Occidente sobre su programa nuclear.
"El tema nuclear es una excusa política. Todo el mundo sabe que Irán no trata de fabricar bombas atómicas (...) el problema que plantea Irán no es su programa nuclear. El problema es (su) progreso y (su) independencia", declaró.
En un trasfondo de tensiones crecientes entre Irán y Occidente, Moscú consideró que "nuevas sanciones contra Irán así que una operación militar potencial (...) serían sin dudas apreciadas por la comunidad internacional como una tentativa de cambiar el régimen de Teherán".