Los candidatos para las elecciones que el domingo definirán al sucesor de Hugo Chávez, el oficialista Nicolás Maduro y el opositor Henrique Capriles, cerraron el jueves con actos multitudinarios una agresiva campaña marcada por la polémica figura del hombre que gobernó a Venezuela durante 14 años.
Designado candidato por el propio Chávez antes de morir el 5 de marzo, Maduro encabezó en Caracas una marea roja -color del chavismo-, a quienes pidió el voto para hacer cumplir la voluntad de a quien llama su "padre".
"Yo aspiro merecer la confianza del comandante, yo espero estar a la altura de la responsabilidad que él me dio, yo aspiro estar a la altura de este pueblo. Tendrán en mí a su padre, su presidente. Yo seré el presidente de los pobres", dijo este ex chofer de bus de 50 años.
Desde la tarima, acompañado del ex futbolista argentino Diego Armando Maradona, amigo cercano de Chávez, aprovechó para desacreditar a su rival: "Burgués inmaduro que quiere derrotar al obrero maduro", rimó Maduro, vestido de blanco, con la bandera tricolor de Venezuela atada al cuello.
A 250 km al oeste de Caracas, en Barquisimeto, Capriles, abogado de 40 años y gobernador del estado Miranda (norte), cerró su campaña también con una masiva afluencia de seguidores.
"No se equivoquen el próximo domingo, es hora de abrir un nuevo ciclo, que esta situación cambie. Vamos a sacar del gobierno a estos enchufados (oportunistas). Vamos a acabar con la corrupción, dijo Capriles, ataviado con una camisa y gorra con los colores de la bandera nacional.
El opositor, quien compite por segunda vez por la presidencia tras perder por 11 puntos ante Chávez en octubre, prometió atacar la criminalidad y reactivar la economía, los dos principales problemas que agobian a los venezolanos.
Capitalizando la herencia electoral de Chávez y con la nostalgia en carne viva de los chavistas, Maduro va a los comicios con una ventaja de 10 a 20 puntos porcentuales sobre Capriles.
Según la última encuesta de Datanálisis, realizada entre del 1 al 5 de abril y difundida por el banco Crédit Suisse en su boletín para sus clientes, esa brecha se redujo a 9,7 puntos. La publicación de encuestas está prohibida esta semana en Venezuela.
"Es obvio que la candidatura de Maduro es más débil que en el arranque..., pero no es suficientemente débil aún", escribió este jueves en su cuenta de Twitter el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León.
Campaña de símbolos
La atípica campaña electoral, que abrió fuegos apenas murió el presidente y que oficialmente se inició hace diez días, no dejó dudas de que la figura del líder y todo lo que representa serán decisivos para el domingo: Los venezolanos votarán por la continuidad o el cambio del régimen socialista fundado por Chávez.
"Nuestro gigante nos dejó un legado, estamos tristes porque murió, es irreparable, pero vamos a votar por su hijo", dijo Flor Palacios, un ama de casa de 55 años que acudió al acto de cierre en Caracas con un vestido rojo empapelado con boletas de sufragios y broches con los rostros de Chávez y Maduro.
En Barquisimeto, entre la multitud, Marco Galindo afirmó: "Es la hora, el tiempo de dios es perfecto y nos dio otra oportunidad, Capriles ahora está mucho más preparado y podrá vencer a Maduro, tiene más calle (experiencia)", dijo el estudiante de ingeniería de 25 años.
En momentos en que se cierra la campaña, la conmemoración este jueves del golpe de Estado que alejó del poder a Chávez por 48 horas en 2002, fue aprovechada por Maduro para acusar a su adversario de pertenecer al mismo grupo de "golpistas". "¡No volverán!", gritó, seguido por sus simpatizantes.
La campaña, en la que se han cruzado denuncias de complot por parte del chavismo y temores de fraude electoral por parte de la oposición, ha estado marcada principalmente por la exaltación de los símbolos.
En el arranque oficial de la campaña, Maduro, quien llegaba a los mítines conduciendo un autobús, narró en la casa natal del presidente que estaba orando cuando se le apareció Chávez en forma de "pajarito chiquitico" y silbó como dándole la bendición.
Aunque la imagen fue motivo de burla de Capriles y la oposición, Maduro, como aprendió de su mentor, revirtió la mofa y llegaba a los actos silbando como un pájaro y hasta llevando un sombrero de paja como nido de un ave.
En el cierre en Caracas, al subir a tribuna, le fueron colocados dos pajaritos en el hombro y más temprano, en Zulia, abrió un acto cantando y silbando.
Autoproclamándose "hijo" y "apóstol" de Chávez, Maduro espera un triunfo emocional y difundió en el acto en Caracas, como lo hizo en cada concentración durante la campaña, el video del último discurso del presidente cuando pidió el voto para su delfín.
Capriles, quien se presenta como un joven moderado, evitó mencionar a Chávez durante la campaña, pero enfiló las baterías contra su rival, a quien llama "Nicolás", "mentira fresca" y "vago".
Con hasta cinco mitines al día, los candidatos dijeron estar dejando la piel de cara a estas cruciales elecciones.
AFP