El chavismo instala hoy su fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente. Planea que esto se haga en el Parlamento, donde la oposición dice que seguirá sesionando. De la mano con 545 elegidos, se espera que vuelva al hemiciclo un cuadro: el de Chávez
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El cuadro de Hugo Chávez puede volver con la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro al parlamento. Ese mismo retrato que dos años atrás Henry Ramos Allup, expresidente de la Asamblea Nacional, mandó a sacar del salón de sesiones, argumentando que ese lugar era de todos los venezolanos, no de un grupo en particular: el chavismo.
Durante años, el oficialismo colmó la Asamblea de cuadros y pendones de Hugo Chávez, personalizando, como dijo Ramos Allup, la institución, al llenar sus paredes y esquinas con la imagen del líder socialista.
Hasta 2015, año en que la oposición logró una mayoría parlamentaria, la dominante imagen de Chávez primó en la Asamblea. Un día, menos agitado que los de ahora, Ramos Allup ordenó “que se lo lleven para Sabaneta, el que quiera prenderle vela que se lo lleve para Sabaneta, que se lo lleven a las hijas, a las viudas, (…) esta vaina no es cementerio”, se refería a la imagen de difunto gobernante, por el que hoy Venezuela está partida en dos.
Golpeado, el chavismo intentó tragarse la simbólica derrota. Sin Chávez enmarcado en un cuadro frente a sus asientos parlamentarios, los diputados oficialistas renegaron, se quejaron y hasta hicieron roña, buscando la vuelta de la insignia socialista. Pero la mayoría opositora dijo no. No a que volviera el cuadro.
Desde entonces, el cuadro del líder socialista no estaba en el Parlamento, casi el único sitio de Venezuela donde la imagen del creador del proyecto socialista no prevalecía. En muchos otros lugares, como los barrios del centro de Caracas, los achinados ojos de Chávez, pintados sobre las paredes, miran sigilosamente el desarrollo del proyecto socialista, al que llaman “revolución bolivariana”.
La imagen omnipresente hastía por su exagerada exposición. Tanto que la oposición, en su refugio, lo primero que hizo fue sacar el cuadro del líder socialista, que generó el inmediato rechazo chavista.
Vuelta al parlamento
Ese cuadro hoy, acompañado de una réplica de Simón Bolívar, criticada por su falta de estética, es muy posible que vuelva al Parlamento, de la mano de los 545 constituyentes elegidos el domingo pasado, para instaurar el “fraude constitucional”, como lo llama la oposición.
No se sabe, al menos hasta el día de hoy, en qué lugar va ser expuesto, porque la oposición reiteró que seguirá sus sesiones ordinarias en el Palacio Legislativo, mejor conocido como Asamblea Nacional, que se divide en dos: salón protocolar y salón de sesiones.
El oficialismo también ha dicho que, en el marco del proceso para escribir una nueva Carta, usará las instalaciones de la Asamblea, donde se trasladará eventualmente la polarización política. Imaginarse oposición y constituyentes en el mismo lugar, es difícil, por no decir imposible.
Lo más cercano a este hipotético escenario han sido los normales debates entre diputados oficialistas y opositores, que, desde que empezaron las movilizaciones en contra de Maduro a partir del 1 de abril, no se volvieron a dar.
Un recuerdo menos democrático, pero tal vez más cercano lo que pueda pasar, fue aquella vez que colectivos armados al servicio del chavismo –paramilitares urbanos- invadieron la Asamblea el 5 de julio día en que se celebraba la independencia de Venezuela.
Armados con palos, pistolas y algunos con su cara cubierta por pasamontañas, arremetieron contra los parlamentarios que asistían a la sesión. Luego, bloquearon las salidas del lugar sin que, por nueve horas, los opositores pudieran salir.
Sugerir un escenario similar esta vez es difícil. Los 545 constituyentes, al menos por sus intenciones públicas, no enarbolan la violencia como los colectivos. Pero es probable que sesionen en alguno de los dos salones de la Asamblea, donde se espera que estén los diputados de la oposición.
Frente a la posibilidad de que sean expulsados, Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, dijo ayer que “la única forma de acabar con este Parlamento es que maten a los 112 diputados y a sus suplentes”, respecto a las amenazas recibidas por el chavismo.
Es claro que la oposición prevé un posible escenario de violencia. Ramos Allup, el mismo que se hizo cargo de sacar el cuadro de Chávez, declaró hace unos días que en anteriores ocasiones la Asamblea cumplió sus funciones en otra parte.
Puede ser ese el escenario más probable. Pero perder el edificio sería un golpe simbólico, ya que la oposición tiene allí su bastión de lucha contra un régimen dictatorial. Régimen que, además, gobierna aislado desde el centro de Caracas, donde la oposición lo incómoda con su presencia parlamentaria.
¿Volverá el cuadro de Chávez y la réplica de Bolívar a la Asamblea de Venezuela?
López y Ledesma presos en Ramo Verde
Los presos más emblemáticos de la oposición venezolana, Leopoldo López y Antonio Ledezma, fueron encarcelados este martes luego de que la justicia les revocara el arresto domiciliario a pocas horas de la instalación de la Asamblea Constituyente, provocando la condena internacional.
Acusados de planear fugarse y de hacer llamamientos contra las elecciones impulsadas del presidente Nicolás Maduro, López y Ledezma, alcalde de Caracas, fueron sacados de sus casas por agentes del servicio de inteligencia en la madrugada.
Ambos fueron recluidos en la prisión militar de Ramo Verde, en las afueras de la capital, según confirmaron abogados y familiares.
El presidente estadounidense, Donald Trump, condenó "las acciones de la dictadura de Maduro" y dijo que considera al mandatario "personalmente responsable" de la salud y seguridad de ambos dirigentes.
López y Ledezma "son presos políticos encarcelados ilegalmente por el régimen", señaló. "Reiteramos nuestro llamamiento a la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos".
México, Colombia, Uruguay, Chile, Costa Rica y Brasil manifestaron su preocupación y rechazaron la medida.
España impulsará de su lado sanciones en la Unión Europea, que a su vez calificó el arresto como un "paso en la dirección errónea". El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, urgió al gobierno a resolver las tensiones.
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