El alcalde Gustavo Petro ratificó su decisión de no vender agua en bloque a Cundinamarca argumentando que hacerlo “es un enorme riesgo para la vida en la región y primero está la vida que el negocio particular”.
Petro afirmó que si es necesario aplicará todas las instancias necesarias para así defender “el principio universal del derecho fundamental al agua, contemplado en la Carta de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, de la cual Colombia es signataria”.
De igual manera el mandatario subrayó que “ninguna sociedad racional pone en peligro el agua potable de 10 millones de personas por industrializar y urbanizar los afluentes y las fuentes del agua potable. El agua en bloque, que es un agua para urbanizadores, lo único que hacía era potenciar un negocio particular muy poderoso. Está destruyendo la Sabana de Bogotá, y algo que es muy esencial, el agua que toman 10 millones de bogotanos”.
Finalmente, el alcalde capitalino anunció que se estudia la posibilidad de construir un nuevo embalse de aguas arriba del Sisga para que ésta regule y cuide de manera intensiva los cuatro páramos.