Por: Pablo Uribe Ruan
Si bien Martino lleva poco tiempo en el Barcelona, el miércoles pasado se notó que trae una idea distinta que lo diferencia de los planteamientos del Barça arrollador de años anteriores.
El “Tata”, tras aplastar al Ajax 4-0 en el Camp Nou, dijo: "Estamos yendo hacia el mismo lugar de siempre. Que tengamos alternativas no significa que queramos cambiar". ¿El mismo lugar de siempre? Sí, de entrada el argentino reconoció que están lejos de lo que fueron antes, no en términos de resultados, sino por razones de juego; antes, el azulgrana ganaba y gustaba, o mejor, ganaba y encantaba, ahora sólo gana.
¿Llegó la cuota de orden al equipo?, parece ser. Orden que necesitaba, pues el Barcelona pasó del Guardiola perfeccionista que no descuidaba ningún detalle, a Villanova que calmó su partida a merced de la extrema libertad en el campo, reproduciendo la misma idea, pero con sutiles diferencias en su producción.
Durante la dirección de Tito Villanova el equilibrio se tornó en anarquía. De la herramienta más vital del Barça, el equilibrio derivado de la posesión, al desbalance circunscrito con la explosión ofensiva de Tito. Hacían más goles, pero les convertían más.
Llegó Martino que sabe que el “antídoto” antibarcelonista ya no es un secreto, su alternativa, equilibrar las líneas. ¿Cómo? Partiendo siempre de la base de jugar, sin necesidad que en todas las ocasiones se hagan 20 toques. Parece, si mal no estoy, que entiende el equilibrio de otra manera, ya no con la posesión del balón, sino fortaleciendo al equipo sin él; menos toque, por ende, menos posesión, igual, más defensa.
¿Cambiará la estética Culé? Yo creo. En algo va a cambiar el Barça. Para bien o para mal, con el tiempo lo sabremos. La alternativa ya llegó, ahora hay que darle tiempo.