Un “conejo” de Estado | El Nuevo Siglo
Miércoles, 10 de Agosto de 2011

Un “conejo” de Estado. Como un vulgar “conejo” que se le puso al Consejo Nacional Electoral fue recibido por los miembros de esa Corte el desplante que el máximo tribunal de lo Contencioso Administrativo le hizo a la presentación del II Congreso Iberoamericano de Derecho Electoral que se realizará en Colombia entre el 30 de agosto y el 1de septiembre.
En la programación y los créditos del evento no aparece por ninguna parte el referido tribunal que ahora preside el magistrado samario Jota J. Vives. Recordemos que en la Constitución Nacional, el Título lX (el de las elecciones) está dedicado desde el artículo 258 hasta el 266 al Consejo Nacional Electoral como una de las Ramas del poder en Colombia.


Una retaliación. Variadas interpretaciones se tejen en torno a la notoria ausencia en ese evento del máximo tribunal electoral colombiano. Para unos es una retaliación del Consejo de Estado ante el protagonismo que hoy ostentan los consejeros electorales, quienes desplazaron de esas funciones a la Sección 5° de ese tribunal antes en manos de Filemón, Chavarro y en otros tiempos "El santo cachón" sobre quienes recaía todo el manejo del sistema electoral colombiano.


Choque de vanidades. Se deja venir, pues, otro motivo de distanciamiento entre las Cortes por la acumulación de funciones. Por lo visto, en la lucha por el poder cada uno quiere imponer sus condiciones. Recordemos también que en la pasada década se elevó a los integrantes de CNE a la misma categoría de magistrados de las altas Cortes, con las prebendas que ello implica, o sea con todos los juguetes: casa, carro y beca.


Los nuevos Códigos. El nuevo Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso, contenidos en la Ley 1437 de 2011, que empezará a regir en julio de 2012, ya tiene la friolera de 35 demandas de inexequibilidad radicadas ante la Corte Constitucional, a pesar de ser considerado por sus autores (los miembros del Consejo de Estado) como “toda una obra jurídica maestra", quizá superior al Código de Napoleón Bonaparte.
Los quejosos le han encontrado distintas fallas a sus disposiciones de forma y de fondo. Asimismo, se le han endilgado vicios de trámite a todo el Código en su conjunto y a muchas de sus disposiciones en particular, verbo y gracia en la conciliación de su texto final en las dos cámaras legislativas, pues al parecer se omitió la repetición del segundo debate, como lo ordena la Constitución, además de otros vicios.


Clientelismo jurídico. La Barca supo que con el fin de amainar el temporal que se le viene pierna arriba al Consejo Superior de la Judicatura, los honorabilísimos magistrados dispusieron la creación de quince nuevos cargos (dos para cada uno de ellos) con el rango especial y salario superior. Y un cargo adicional para tenerlo a la mano cuando se debata en el Congreso la eliminación de ese alto tribunal, propósito en que está empeñado el gobierno de Santos.