El excongresista Odín Sánchez no es el único secuestrado de la guerrilla ELN de Colombia, con la que el gobierno preveía iniciar negociaciones este jueves para superar un conflicto de más de medio siglo. Al menos otras dos familias esperan por los suyos.
El médico Édgar Torres y el empresario Octavio Figueroa también llevan meses en manos del ELN, según la Fundación País Libre, una ONG que desde hace 25 años trabaja en la prevención y lucha contra este delito, uno de los más rechazados por los colombianos.
Sánchez, retenido desde abril, se convirtió en la llave para lanzar los diálogos con el ELN, tras acercamientos secretos con esa guerrilla guevarista desde 2014.
Las pláticas, que debían haberse lanzado el 27 de octubre y comenzado su primera ronda este jueves en Quito, están congeladas desde que el presidente Juan Manuel Santos exigió que Sánchez sea antes entregado "sano y salvo". Pero los insurgentes niegan que dicha condición hubiera sido estipulada.
Ni el gobierno ni el ELN han divulgado el número exacto de retenidos, que según fuentes oficiales es menor a diez.
La historia de Sánchez tiene además más tintes dramáticos: se entregó al ELN a cambio de su hermano Patrocinio, muy enfermo tras tres años de secuestro en el selvático departamento del Chocó (noroeste).
"El intercambio por mi hermano fue una realidad de extremo: la alegría de mi liberación y la angustia de que quedara él en reemplazo mío", explicó a la AFP Patrocinio, exgobernador de Chocó y exalcalde de la capital departamental Quibdó.
El ELN pide 3.000 millones de pesos (unos 977.000 dólares) para que Odín, un lector voraz de 61 años, regrese a casa junto a Isabel Sofía, su hija de 12. A la fecha, la familia reconoce haber entregado a los rebeldes más de 1.000 millones (unos 325.000 dólares).
Los hermanos Sánchez fueron condenados por la Corte Suprema de Justicia: Odín en 2013 por vínculos con paramilitares y Patrocinio en 2010 por peculado culposo, algo que el negociador del ELN, Aureliano Carbonel, recordó este jueves en una entrevista con un medio local.
- "Bastante desmejorado" -
El plagio por parte de guerrilleros no es nuevo en Colombia. El desmovilizado Movimiento 19 de abril (M-19) empezó a utilizarlo de forma "sistemática" en 1980, según dijo a AFP la directora de País Libre, María Consuelo Jáuregui. Después, "las FARC y el ELN empezaron a secuestrar mucho más", agregó.
Desde 1985, según cálculos oficiales, en la nación se han registrado 33.962 secuestros. De acuerdo con País Libre, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal guerrilla, en conversaciones de paz con el gobierno desde 2012, son responsables de 8.991 privaciones de la libertad y el ELN, de 7.107 desde 1970.
Además, según Jáuregui, desde 1986 a las FARC se le atribuyen 282 secuestrados-desaparecidos, es decir, cautivos que no se sabe si están vivos. Al ELN se le adjudican entre 120 y 130.
No es este el caso de Octavio Figueroa, de 66 años, raptado el 16 de marzo en una vía en el desértico departamento de La Guajira (norte), fronterizo con Venezuela.
La retención de este dueño de una empresa de alquiler de vehículos de transporte fue confirmada el 28 de octubre por el jefe negociador de paz del ELN, Pablo Beltrán, nombre de guerra de Ismael Ramírez, quien justificó esta forma de financiación.
Hasta ahora, la familia de Figueroa recibió una fotografía suya de un emisario del ELN, única prueba de supervivencia. "Se ve bastante desmejorado, se ve mal", contó a AFP Armando, de 30 años, uno de sus siete hijos.
"Nos hace muchísima falta, es el líder y la alegría de todos nosotros, el ejemplo a seguir", agregó.
El ELN demanda cinco millones de dólares, una cantidad que sus familiares dicen no poder pagar.
- El cautivo que no conoce a su hija -
El médico Édgar Torres, de 30 años, también está en poder del ELN en el aislado Chocó, una de las regiones más pobres del país, aseguran fuentes eclesiásticas y País Libre, aunque el comandante Beltrán ha declarado que los rebeldes no han "tenido que ver con ese caso".
Torres, que aún no conoce a su pequeña hija, fue raptado en septiembre de 2013 cuando viajaba por el río San Juan. Su madre, Ruth Prestán, quien aún paga mensualmente el crédito solicitado por Édgar para estudiar medicina en Cartagena, ha dicho a medios locales que nunca recibió pruebas de supervivencia.
"Nosotros pensamos que puede estar vivo y que lo tienen sometido trabajando para ellos", afirmó Jáuregui.