Decenas de miles de egipcios celebraban en la plaza Tahrir de El Cairo el primer aniversario de la rebelión que derrocó al presidente Hosni Mubarak, con tensiones entre los militares en el poder, quienes anunciaron que entregarán el poder el 30 de junio y jóvenes que consideran que la revolución está inconclusa.
Multitudes de islamistas, liberales, militantes de izquierda o simples ciudadanos convergían hacia la plaza que se convirtió en el símbolo de la protesta luego de una noche de lluvia torrencial.
Miles de personas se manifestaron en otras ciudades del país, como Alejandría (norte), Suez e Ismailiya, a orillas del canal. Según los servicios de seguridad, hubo concentraciones en casi todas las provincias.
En El Cairo, los manifestantes exhibían carteles con una enorme diversidad de mensajes que dejaban al desnudo las divergencias sobre el significado del día.
Los Hermanos Musulmanes, que dominan el nuevo Parlamento, concurrieron a la plaza para celebrar el aniversario de la caída de Mubarak. Sin embargo, otros grupos afirmaron que regresaban a la plaza para continuar la inacabada revuelta y pedir que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que dirige Egipto desde la caída de Mubarak, abandone el poder, a lo que éste respondió que lo hará el 30 de junio una vez se concluya la redacción de la nueva Constitución y se convoque a comicios presidenciales.