Tras Brexit, ahora todos se quieren ir de la UE | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Junio de 2016

Con el incipiente asomo del sol en Bruselas, el presidente del parlamento europeo, Martin Schulz, manifestó su molestia por la decisión tomada en Reino Unido e instó a las autoridades comunitarias a negociar con Londres una rápida salida del bloque económico y político.

 

La UE sintió el Brexit como una bofetada sucia y rastrera. La petición de Londres por una mayor autonomía se confundió con la salida total del bloque, creando un ambiente de zozobra y rechazo frente a la decisión que tomó Reino Unido.

 

Molesto, Schulz criticó con vehemencia el Brexit. "Todo un continente se convirtió en rehén a causa de una lucha interna en el Tory fiesta", dijo el alto funcionario, evidenciando que la UE entendió los resultados como una disputa entre dos líderes del Partido Conservador, David Cameron, primer ministro, y su posible sucesor en octubre, Boris Johnson.

El hecho es que el pueblo inglés votó a favor del Brexit y Johnson, su principal promotor, le ganó la partida a Cameron, quien desde Downing Street, casa presidencial, asumió con gallardía su derrota. “Creo que el país requiere un nuevo líder que afronte este nuevo reto”, anunció el primer ministro y dijo “voy hacer todo lo posible para manejar la situación las próximas semanas, pero creo que para mí no es lo mejor tratar de ser el capitán que navegue al país rumbo a su próximo destino”, abriéndole la posibilidad a su sucesor.

 

Ante una situación de este tipo, los estatutos del Partido Conservador inglés estipulan que el sucesor del primer ministro será elegido antes de la conferencia de la colectividad, que se celebrará en octubre, obligando a Johnson y los otros cuatros candidatos que suenan a presentar su candidatura ante el partido.

Se derrumba el bloque

Varios líderes europeos expresaron su inconformidad tras conocer los resultados del Brexit. La canciller alemana, Ángela Merkel, de inmediato citó una reunión con los presidentes de los principales países de la Unión Europea y declaró que la decisión tomada por el pueblo británico es “un golpe a Europa”. 

 

Visiblemente molesto el presidente francés, François Hollande, manifestó que en este momento el continente está a “prueba” y debe reconstruir las bases bajo las cuales se construyó el proyecto europeo. Mateo Renzi, primer ministro italiano, también se refirió al hecho haciendo un llamado a "renovar nuestra casa”.

 

Las reacciones igualmente llegaron de España donde se pidió reabrir el debate sobre Gibraltar y repartir la soberanía, en manos inglesas, sobre el estrecho. De la misma manera los ánimos independentistas al interior de Reino Unido se hicieron sonar. Los nacionalistas escoceses anunciaron que buscarán un segundo referendo de independencia y el Sinn Feiin, partido que busca la salida de Irlanda del Norte de la Gran Bretaña, quiere iniciar el mismo proceso.

 

Euroescépticos

Los euroescépticos, aquella corriente que se oponen a las instituciones europeas, reclamaron la victoria como un triunfo para la autonomía y la independencia. La ola de nuevos partidos asociados a esta tendencia refleja un disgusto evidente con Bruselas.

 

Marine Le Pen, política ultraderechista y líder del Frente Nacional, celebró enfáticamente la victoria del Brexit. “Victoria de la libertad”, escribió en su twitter la candidata que según los primeros sondeos en Francia tendría amplias posibilidades de llegar a la segunda vuelta presidencial en 2017.

 

Le Pen busca celebrar referendos independentistas en toda Europa. Su intención, sin embargo, se ha visto menguada por el congreso y el gobierno de Francia que es uno de los líderes del bloque.

 

En otros países como Suecia, Holanda y Dinamarca es más probable que se realicen referendos. Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad de los Países Bajos, anunció que Holanda está cerca de celebrar este tipo de consulta, teniendo en cuenta que el 54% de los holandeses están a favor de abandonar el bloque. "Tan pronto como sea posible, los holandeses tienen que tener la oportunidad de expresar su opinión acerca de la pertenencia holandesa de la Unión Europea", dijo.

 

¿Y ahora qué, Reino Unido?

¿Y ahora qué?, se preguntan los ingleses que colman las playas de la Costa Brava y Mallorca, España. Muchos de ellos pasan los veranos en esas zonas y otros disfrutan de su pensión allá. Con la salida de su país de la UE, los controles sobre circulación de personas y el alza en los impuestos se convertirán en un problema.

 

El ministro de Finanzas de Cameron, George Osborne, advirtió  que el gobierno va adoptar un plan de ajuste de 30.000 millones de libras y un incremento en las cargas fiscales sobre herencias, patrimonios, alcohol y petróleo. Este plan se activaría la próximo semana, pero para que se haga efectivo tiene que pasar primero por el parlamento, que ha dicho que lo vetará.

El periódico The Telegraph conversó con Martin Schulz, presidente del parlamento europeo, quien anunció que el bloque busca la forma más expedita para que Reino Unido salga del colectivo. Para que esto ocurra se necesita activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, texto que rige todos los procedimientos generales de la organización; es una especie de constitución europea. Tan pronto se activa el artículo se requiere dos años para que el país miembro deje de ser parte de la UE, aunque hay expertos que dicen que ese proceso puede ser más corto.

 

Reino Unido tendrá que negociar tres acuerdos de salida con la UE: 1) un tratado de “divorcio” que lo quita la carga económica por afiliaciones a la UE; 2) un acuerdo para regular el comercio los próximos años con los países europeos; y 3) un acuerdo para resolver la situación de los 1.2 millones de ingleses que viven en la UE. Europa, por su parte, tendrá que suplir la ausencia de le segunda economía del bloque.

 

Ayer, Trump aterrizó en Londres y felicitó a Nigel Farage, el ultranacionalista que lideró el Brexit. Ambos son partidarios del proteccionismo para defender los intereses nacionales. ¿Serán los próximos presidentes de sus países?