La violencia en Irak se cobró la vida de 27 personas, en tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que el recrudecimiento de los ataques sectarios amenazaba con desplazar más civiles.

Siete policías y otra persona murieron este martes en atentados contra dos comisarías al noroeste de Bagdad, afirmaron oficiales y médicos.

Los insurgentes atacaron las comisarías de las ciudades de Rawa y Aana cerca de la autopista que va de Siria a la provincia iraquí de Anbar y mataron a ocho personas.

En Rawa, varios obuses de mortero y cohetes cayeron sobre una comisaría, matando a un policía e hiriendo a otros ocho.

En Aana, un grupo armado asaltó una comisaría y atacó el domicilio de un dirigente local, matando a siete personas, de las cuales seis eran policías.

En el noreste del país, los combates entre el ejército y los insurgentes en las montañas de Hamrine dejaron seis muertos, según fuentes de seguridad.

En el oeste de Bagdad, dos personas al menos murieron y otras siete quedaron heridas en un atentado con coche bomba.

Por otro lado, dos atentados contra generales hirieron a tres guardaespaldas.

El general Ziyad Tariq, comandante de una brigada del ejército, salió ileso de un atentado con explosivos en Ramadi, en el oeste del país, y el general de la policía Jalid al Hamdani salió indemne de una explosión en Shura, cerca de Mosul./AFP