Nueve personas, entre ellas seis militares y tres policías, murieron el lunes en dos ataques en Egipto, al día siguiente de que los choques entre fuerzas de seguridad y partidarios del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi dejaran decenas de muertos.
En el sur de la península del Sinaí, tres policías fallecieron en un atentado con coche bomba perpetrado frente a una comisaría, indicaron responsables de seguridad.
Seis militares murieron en un ataque en Ismailiya (norte), donde grupos islamistas atacan con frecuencia a las fuerzas de seguridad desde que el ejército derrocó y detuvo el 3 de julio a Mursi, primer presidente elegido democráticamente en Egipto.
En El Cairo, varios cohetes lanzados por desconocidos dañaron una gigantesca antena de comunicación por satélite, indicaron las fuentes.
Los disparos tenían como objetivo un conjunto de antenas parabólicas de comunicación en el barrio de Maadi y alcanzaron una de ellas, destinada a comunicaciones telefónicas internacionales.
Estos ataques se produjeron un día después de que unas 51 personas murieran en choques entre las fuerzas de seguridad y partidarios del depuesto presidente islamista, en ocasión de la conmemoración del 40º aniversario de la guerra árabe-israelí de 1973.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó estos hechos violentos y Gran Bretaña expresó su "profunda preocupación". Francia también denunció los acontecimientos y pidió que se "respete la libertad de reunión y de manifestación".
Las autoridades y los partidarios de Mursi se acusan mutuamente de haber provocado estos disturbios, los más mortíferos desde mediados de agosto.
A pesar de la implacable represión de la que son objeto en las calles, los simpatizantes de Mursi han jurado intensificar las manifestaciones contra el "golpe de Estado".
El presidente Mohamed Mursi fue destituido el 3 de julio por el ejército después de que millones de manifestantes, que lo acusaban de pretender acaparar poderes en favor de los Hermanos Musulmanes y de querer islamizar a la sociedad egipcia, salieran a las calles para exigir su renuncia
La sangrienta represión desatada desde el 14 de agosto por las autoridades instaladas por los militares dejó más de mil muertos, principalmente entre las filas de los pro-Mursi.
Asimismo, más de 2.000 miembros de la cofradía musulmana y la mayoría de sus líderes se encuentran detenidos.
La Alianza para la democracia y contra el golpe de Estado, una coalición dirigida principalmente por los Hermanos Musulmanes, afirmó que el domingo en El Cairo "manifestantes pro-Mursi fueron atacados a sangre fría por las fuerzas del orden del golpe de Estado que disparaban a matar".
El ministerio del Interior indicó en un comunicado que ese día "estallaron enfrentamientos entre habitantes y Hermanos Musulmanes que quisieron empañar las celebraciones de la victoria del 6 de octubre con armas y perdigones, causando la muerte de 47 personas".
"Las fuerzas de seguridad lograron intervenir y controlar" los disturbios, agregó el comunicado.
"La policía usó únicamente gas lacrimógeno", aseguró por su parte a la AFP el general Ayman Helmi, portavoz del ministerio.
Otras cuatro personas murieron al margen de manifestaciones en otras ciudades del país.
Más allá de las acusaciones recíprocas, periodistas de la AFP pudieron constatar desde El Cairo que habitantes provocaban - e incluso disparaban - contra manifestantes cuando éstos pasaban por sus barrios. Los manifestantes respondían en algunas ocasiones.
Policías antimotines y otros agentes vestidos de civil y armados corrían luego tras los pro-Mursi para darles una paliza, junto a residentes.
La espiral de violencia podría intensificarse ya que la Alianza por la democracia y contra el golpe de Estado llamó el lunes a "todos los egipcios a manifestar masivamente en marchas no violentas" contra el "régimen insensato, fascista y opresor que divide al pueblo egipcio". AFP