El caso de la muerte de 52 personas en un casino del norte de México en 2011 incendiado por integrantes de Los Zetas, quedó cerrado debido a que el líder de ese cartel, Heriberto Lazcano, alias "El Lazca", murió el domingo en un enfrentamiento, dijo un alto funcionario.
"El caso del (casino) Royale ya es un caso cerrado. Ya no hay nadie vivo o libre que haya estado involucrado en ese tema", dijo el martes a la prensa Jorge Domene, vocero de seguridad del gobierno del estado de Nuevo León (noreste), donde se suscitó la masacre en agosto de 2011.
"Quedaba (libre) el tipo apodado 'El Quemado', también hace algunos días en Tamaulipas (noreste) se confirmó su muerte, los demás implicados ya se encuentran detenidos", concluyó el vocero.
El 25 de agosto, a plena luz del día, un comando integrado, según las autoridades por miembros de Los Zetas, llegaron al casino ubicado en un lujoso sector de Monterrey (capital de Nuevo León) entró y rociaron el lugar de dos pisos con varios litros de gasolina y prendieron fuego. La mayoría de las víctimas eran mujeres.
Las autoridades dijeron que el móvil del crimen fue una venganza porque el dueño del casino se negó a pagar extorciones, una recurrente práctica de los narcotraficantes mexicanos para hacerse de mayores recursos económicos, y que Lazcano había ordenado la matanza.
"El Lazca" murió el domingo en un enfrentamiento con militares mexicanos en el estado de Coahuila, pero después su cadáver fue robado de una funeraria.
La Marina Armada mexicana publicó el martes fotografías del cadáver, junto con sus huellas dactilares, tomadas antes de que fuera robado el cuerpo de la funeraria en el vecino poblado de Sabinas, Coahuila, norte de México.