El Tribunal Superior Electoral (TSE) reanudó el juicio que podría dejar a Brasil sin presidente por segunda vez en poco más de un año, con una polémica entre magistrados en torno a las pruebas admisibles.
El presidente del TSE, Gilmar Mendes, tildó de "falaz" al relator del caso, Herman Benjamin, por pretender incluir testimonios que serían posteriores a los del periodo de instrucción.
Benjamin debería dar a conocer durante la sesión su voto, que se espera favorable a la invalidación de los comicios de 2014 en los cuales resultó reelecta la fórmula Dilma Rousseff (PT, izquierda)-Michel Temer (PMDB, centroderecha).
El TSE juzga si la campaña cometió abusos de poder político y económico y se benefició de financiación ilegal procedente del megafraude a Petrobras.
Después de Benjamin, deberán votar los otros seis magistrados del tribunal. Hay otras dos sesiones previstas para el jueves, aunque el proceso podría interrumpirse si alguno de los jueces pide una "vista" para analizar el expediente.
Temer, que asumió el poder en mayo de 2016 tras la destitución de Rousseff por el Congreso, mantenía el miércoles una "agenda positiva", con el lanzamiento de un plan de apoyo a la agricultura.
El presidente está "tranquilo, aguardando el posicionamiento del tribunal", dijo antes de entrar a la sala del juicio en Brasilia Gustavo Guedes, abogado de Temer.
El juicio, que trata de denuncias de fines de 2014 e inicios de 2015, se realiza bajo fuerte presión política, desde que hace tres semanas salió a relucir una grabación hecha por uno de los dueños del gigante de la alimentación JBS, en la que se oye a Temer dar su aparente aval al pago de sobornos a un exdiputado, preso por el escándalo Petrobras.
La corte suprema abrió desde entonces una investigación contra Temer por sospechas de corrupción, obstrucción a la justicia y organización criminal.
El jefe de Estado tiene plazo hasta el viernes por la tarde para responder a un interrogatorio con 82 preguntas sobre la explosiva grabación.
Muchos analistas estiman que Temer logrará salvar el pellejo en el TSE, donde recientemente nombró a dos de los siete magistrados, aunque sin fortaleza para lograr la aprobación de polémicas reformas promercado.
"Lo más probable es que Temer se quede, pero debilitado, y por ello la reforma de las jubilaciones, que es muy importante, no sería aprobada", dijo a la AFP Alberto Almeida, director del Instituto Análise.
- Tensión entre jueces -
El TSE debía tratar de forma preliminar los pedidos de la exclusión detestimonios de exejecutivos de Odebrecht, que contienen las acusaciones más graves contra la fórmula presidencial.
Pero Benjamin alegó que se trata de cuestiones "indisociables".
Mendes admitió que el relator comunique primero su voto y que solo luego se discuta si había lugar para discutir separadamente las objeciones de la defensa.
Pero dijo que había "límites" y que la pretensión de recurrir a pruebas que hubiesen surgido después de la presentación de la denuncia era "falaz".
Eso abriría las puertas, adujo Mendes, a incluir también las denuncias del grupo JBS y hasta las de Antonio Palocci, un poderoso exministro de Lula da Silva (2003-2010) y de Rousseff, quien según los medios negocia una "delación premiada" con la justicia.
"Sería falaz si no me hubiera atenido a esos parámetros", repuso Benjamin, alegando que las primeras denuncias sobre los sobornos pagados a políticos por grandes constructoras para obtener contratos en Petrobras ya habían surgido en 2014.
Varios ministros de Temer ya se vieron implicados en la operación anticorrupción Lava Jato, que llevó a la cárcel o sentó en el banquillo a decenas de empresarios y políticos de casi todos los partidos, creando desazón y hastío en millones de brasileños.
- "Velar por la soberanía del voto popular" -
En la primera sesión, el martes, ya se había producido un primer embate entre Mendes y Benjamin, cuando el primero le hizo notar que el TSE anula más mandatos que una dictadura.
A lo que Benjamin respondió que una dictadura brasileña (1964-1985) anulaba mandatos "de quienes defendían la democracia", en tanto que el TSE anula mandatos de quienes "están contra la democracia".
Benjamin expresó además el deseo de que este juicio sirva para mejorar un sistema contaminado por la compra de votos de parlamentarios y de que la campaña presidencial de 2018 "tenga controles más estrictos".
Instó asimismo a "velar por todo lo que tenga que ver con la soberanía del voto popular".
Si el TSE decidiera anular la elección, deberá determinar si la pérdida del mandato es inmediata o si Temer puede permanecer en el cargo hasta agotar todos los recursos legales.
Si Temer cayera, la Constitución dice que el Congreso debe elegir al nuevo presidente en un plazo de 30 días, para completar el mandato hasta fines de 2018.