Aunque el presidente Juan Manuel Santos aseguró su reelección por otros cuatro años, tiene retos inmediatos en materia económica que no dan espera y debe implementar, tanto en el frente legislativo como en materia de decisiones directas de su administración.
El panorama económico del país en sus indicadores macro son buenos: baja inflación, reducción del desempleo, crecimiento en ritmo sostenido por encima del 4 por ciento, inversión extranjera aceptable, positivo recaudo tributario, control eficiente del gasto público, prometedor panorama en comercio exterior y tasas de interés en cintura.
Sin embargo, hay tareas pendientes que debe implementar en los próximos doce meses, medidas que deben estar en la dirección correcta si se llegan a concretar las negociaciones de paz con la guerrilla.
Las tareas
Hoy por hoy el país es la tercera economía más sólida de la región después de México y Brasil. Por ello los expertos sostenían que había razones para ser optimistas y que el Gobierno que saliera electo iba a encontrar la casa en orden.
Lo anterior porque, por ejemplo, el Banco de la República estima que al finalizar 2014 la inflación estará en un 3% de promedio. Sin embargo, aquí hay preocupación por lo que pueda pasar en el segundo semestre, pues en los últimos dos meses el costo de vida ha crecido por encima de lo registrado el año pasado y ahora viene la amenaza del fenómeno climático de El Niño, que podría afectar el precio de los alimentos a partir del tercer trimestre.
En el horizonte también hay nubes grises en materia de ingreso de recursos y estabilidad financiera.
A ello se suma que a pesar de las cifras positivas de la economía colombiana, hay un reto urgente y es el tema de la inequidad. Según cifras oficiales de 2013, hay 14 millones y medio de personas en situación de pobreza. Es decir, alrededor de un 32% de la población.
Según la CEPAL, Colombia es, junto con Argentina y Venezuela, uno de los países con mayor desempleo, aunque internamente la cifra del 9,7% registrada en marzo es una de las más bajas de los últimos 50 años.
En otro sector en el que, según los expertos, aún falta mucho por hacer es en el de infraestructura de puertos, aeropuertos y vías para poder enfrentar los desafíos de los tratados de libre comercio y la apertura económica.
Política monetaria
Otra de las tareas pendientes tiene que ver con el manejo de su política monetaria. Ya hay indicios por parte del Banco de la República de que habrá un incremento de los tipos de intervención. Este incremento podría llevar a subir los intereses hasta 4 o 4,5 por ciento este año. Este resultado debería también tener en cuenta lo que va a pasar con los precios de las materias primas.
Incluso el director de Fedesarollo, Leonardo Villar, dice que “nos aproximamos a la finalización del auge de precios de los commodities y de la época de muy bajas tasas de interés, escenario que benefició a las economías emergentes en los últimos diez años, entre ellas Colombia”.
La caída de los precios de los commodities se debe en gran parte a la baja en las proyecciones de crecimiento de China. De acuerdo con cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), advertidos por Fedesarrollo, una reducción de la tasa de crecimiento anual de China, del 10% que sostuvo en la década pasada a 7,5% en los próximos años, reduciría los ingresos fiscales en Colombia en cerca de 0,7 puntos del PIB al año y causaría un deterioro de 0,4 puntos del PIB en el balance de cuenta corriente.
Minería y petróleo
Una de las reformas urgentes que debe abocar el Gobierno es el proyecto de Código Minero, aprovechando que el mercado energético se está transformando. Un estudio de Harvard, citado por Fedesarrollo en su documento de Perspectivas Fiscales 2014-2018, advierte que es poco probable que la demanda de la minería y el petróleo supere la oferta global en la próxima década. El impacto se verá en menores precios.
En petróleo, por ejemplo, Colombia debe mantener por encima su producción de un millón de barriles diarios. Las reservas de crudo apenas dan para un poco más de 6 años y las dificultades en la exploración -licencias ambientales y consultas previas- y en la explotación -los atentados terroristas a la infraestructura-, restringen la producción.
Esto incluso podría poner en riesgo las finanzas de Ecopetrol y la inversión extranjera. Según ANIF, estos desafíos estarían llevando a converger el crecimiento anual del sector minero-energético en Colombia hacia tasas de 4% a 7% en los próximos años, mientras entre 2008 y 2011 el promedio fue de 11%.
En las Perspectivas Fiscales 2014-2018, Fedesarrollo advierte que el Gobierno tendrá que asumir desafíos impostergables: la promoción de la economía rural, el aumento de cobertura de las pensiones, la reforma y capitalización al sistema de salud y la inversión en educación y primera infancia.
La atención al agro
Las propuestas para el agro son primordiales ya que de su éxito depende el avance de Colombia en materia económica, industrial y de desarrollo social.
El Gobierno está dando el apoyo financiero a través de Finagro, que movilizó créditos por $21 billones destinados a pequeños y medianos productores y $1.5 billones en ICR para cultivos de tardío rendimiento.
Ahora se proyecta la inversión de $5 billones en el agro y en bienes públicos rurales, monto que se sostendrá dirigiendo más del 12% del gasto público a este sector. Además en aras de facilitar la conexión para el transporte de la producción agrícola, se asignará a las vías terciarias $8 billones para cofinanciar junto con departamentos y municipios, al menos 15.000 km de carreteras en todo el país.
La infraestructura será otra de sus fichas clave, ya que le apostará a la adecuación de las zonas rurales del país, llevando vivienda, electrificación, más de 1.500 escuelas rurales para la paz y acueductos veredales.
También se propone brindar asistencia técnica a los campesinos no sólo a través de capacitaciones sino con apoyo sanitario y fitosanitario para exportar. Estos proyectos estarán en el ‘programa nacional de asistencia técnica y desarrollo empresarial de la agricultura familiar’, con el que Santos espera impulsar el campo en su segundo gobierno.