El nuevo líder de los talibanes, el mulá Ajtar Mansur, instó a la unidad de sus filas en su primer mensaje de audio difundido el sábado, en un intento de frenar las divisiones surgidas a raíz de la muerte de su predecesor.
Pocas horas después de que Mansur fuera designado el viernes en reemplazo del mulá Omar, responsables de los talibanes cuestionaron la decisión, asegurando que fue parcial y precipitada.
El mensaje de Mansur parece así destinado a tratar de atajar el riesgo de una escisión del movimiento, cuya dirección también se ha mostrado dividida acerca de las conversaciones de paz iniciadas con el gobierno afgano.
Además, los talibanes están confrontados a la competencia feroz de la organización yihadista Estado islámico, que recluta cada vez a más comandantes talibanes decepcionados con sus superiores.
"Deberíamos trabajar todos para preservar la unidad, la división en nuestras filas sólo satisfará a nuestros enemigos, y nos causará más problemas", dijo Mansur en el audio.
El mensaje, de 33 minutos, también llama a los talibanes a continuar la insurgencia con la que han sembrado el terror en Afganistán durante 14 años y les pide no dejarse engañar por la propaganda extranjera.
"Nuestro objetivo es aplicar la sharia (ley islámica) y la yihad continuará hasta que eso sea una realidad", dijo Mansur en su mensaje, leído en pastún, el idioma más hablado en Pakistán y Afganistán.
Aunque Mansur era el brazo derecho del mulá Omar, su nombramiento no tuvo, al parecer, consenso total.
Algunos critican la proximidad de Mansur con Pakistán; otros hubieran preferido que el sucesor de Omar fuera su hijo Yacub.
La decisión de nombrar a Mansur "se tomó de forma apurada" en una reunión de la Shura (consejo) de Quetta, órgano central de los talibanes, que sesiona en esa ciudad del sudoeste de Pakistán, dijo un integrante de ese organismo.
"Varios miembros del consejo, incluidos tres miembros fundadores de los talibanes, se opusieron", señaló la fuente.
- Divisiones sobre el proceso de paz -
Mansur es considerado un pragmático y un partidario de las conversaciones de paz con el gobierno de Kabul.
Pero en su mensaje de audio, el mulá alude a ese diálogo sin aclarar cuáles son sus intenciones.
"El enemigo dice que existe un proceso de paz. Como ustedes saben, el enemigo difunde mucha propaganda", dijo.
El miércoles pasado, el anuncio sorpresa de la muerte del mulá Omar, fallecido en abril de 2013, según los servicios de inteligencia paquistaníes, provocó la anulación de una reunión entre los talibanes y el gobierno afgano prevista el viernes en Pakistán.
El objetivo de la reunión era encarrilar el diálogo iniciado en julio para negociar el fin del conflicto que dura desde 2001, cuando las tropas estadounidenses derrocaron a los talibanes.
El gobierno afgano, que confirmó la muerte de Omar, todavía no se ha pronunciado sobre el relevo a la cabeza de los talibanes.
"No hay duda de que el gobierno afgano podría sacar un gran beneficio de las divisiones crecientes entre las filas talibanes", estimó Harun Mur, un analista política basado en Kabul.
"Hay dos grupos en el seno de los talibanes, uno partidario de las conversaciones y otro que no es partidario. El gobierno debería tratar de llevar al grupo partidario a la mesa de negociaciones", añadió.
La dirección de los talibanes nombró además a dos adjuntos de Mansur, el mulá Haibatula Ajundzada, ex jefe de los tribunales talibanes, y a Sirajuddin Haqani, hijo de Jalaludin Haqani, líder de la red homónima, una influyente rama talibán muy implantada en la región a caballo entre Pakistán y Afganistán/AFP.