Un nuevo choque entre el Gobierno y las Farc se generó ayer al conocerse que varios jefes guerrilleros que tenían autorización para trasladarse desde La Habana hasta La Guajira a una ‘jornada pedagógica’ de paz con uno de sus frentes, terminaron en un acto público custodiados por guerrilleros armados, en medio de civiles y en un corregimiento urbano.
Las visitas de los negociadores de las Farc a los campamentos de la guerrilla para hacer pedagogía del proceso de paz en La Habana fueron suspendidas ayer por el Gobierno.
Los permisos concedidos se volvieron insostenibles luego de que ayer mismo Luciano Marín, alias Iván Márquez, jefe negociador de las Farc, participó con otros guerrilleros armados en un acto político en El Conejo, corregimiento de Fonseca, La Guajira.
Marín estuvo en El Conejo, muy cerca de la frontera con Venezuela, junto con otros delegados en la mesa de La Habana, entre ellos Seusis Pausil Hernández, alias Jesús Santrich, y Milton de Jesús Toncel, alias Joaquín Gómez, de acuerdo con fotografías y videos difundidos en redes sociales.
En las imágenes se les ve vestidos de civil, recorriendo sonrientes junto a guerrilleros armados el lugar, de fuerte influencia de las Farc. También se observa un escenario junto al cual están congregadas varias personas, muchas portando banderas blancas y de Colombia.
"Vamos por fin a lograr la paz. ¿Cómo se sienten nuestros corazones que se da este paso importante en Conejo, lo repito, histórico?", se escucha arengar supuestamente a uno de los guerrilleros, según un video publicado en Twitter.
"¿Quién quiere la paz? Esto es alegría, ¡ánimo mi gente!", se escucha decir en otro de los videos atribuidos por internautas al mitín de las Farc, nacidas en 1964 de una insurrección campesina y con unos 7.000 combatientes según cifras oficiales.
Reacción del Gobierno
“Por instrucciones del Presidente de la República, las visitas de los delegados de las Farc a sus campamentos para hacer pedagogía sobre los acuerdos quedan suspendidas”, anunció el jefe del equipo negociador del Gobierno en La Habana, Humberto de la Calle, anotando que “para el Gobierno una regla fundamental de este acuerdo es que no habrá política con armas y en esa medida, ésta es una violación inaceptable”.
Aclarando que aunque “el Gobierno nacional autorizó el año pasado una serie de visitas de los miembros representantes de las Farc en la Mesa de Conversaciones a sus respectivos campamentos, con el propósito de hacer pedagogía y explicar a la guerrilla de las Farc los acuerdos alcanzados” y que “se han desarrollado hasta la fecha cinco visitas”, para De la Calle es evidente que “en la última visita, el grupo encabezado por Iván Márquez ha violado las reglas de juego acordadas de no tener trato con la población civil y mucho menos participar con hombres uniformados y armados en un evento público con la comunidad en la plaza principal de un corregimiento como ocurrió en El Conejo”.
Desde la presidencial Casa de Nariño en Bogotá y junto al Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, De la Calle sostuvo que “por esta razón el Gobierno nacional solicitó al Comité Internacional de la Cruz Roja y a los países garantes, Cuba y Noruega, que tomen las medidas necesarias para que el grupo encabezado por Iván Márquez regrese a La Habana a la mayor brevedad posible de acuerdo con los protocolos de seguridad acordados”.
"Crisis" en la negociación
Para Jorge Restrepo, director del centro de análisis de conflicto Cerac, el gesto de Marín provoca una "crisis" en la credibilidad de la negociación iniciada en 2012, la más avanzada de las cuatro emprendidas hasta ahora con esta guerrilla y que ambas partes se comprometieron a cerrar para el 23 de marzo a más tardar.
"Demuestra también los enormes riesgos de seguridad y políticos que tiene la combinación de armas y proselitismo electoral", dijo a la AFP.
Como era de esperarse, el uribismo aprovechó para poner de presente sus críticas al proceso.
Por ejemplo, el senador Honorio Henríquez calificó como vergonzosa y preocupante la presencia de la guerrilla en el corregimiento de El Conejo, lo cual –dijo– constituye la entrega de La Guajira a las Farc.
“Realmente es vergonzoso y preocupante que el Gobierno nacional, en cabeza de Juan Manuel Santos, permita que Joaquín Gómez, y los demás cabecillas de las Farc, se paseen y recorran como estrellas de cine el corregimiento de El Conejo, ubicado en el municipio de Fonseca, en el departamento de La Guajira”, manifestó.
Para Henríquez, “claramente esta es una muestra más de la entrega del país a las Farc y del arrodillamiento de Santos ante cualquier petición de los mismos”.
“Quiero reiterar que este es un lugar donde se presenta bastante contrabando de combustible entre Colombia y Venezuela, por ello, el interés de las Farc de adueñarse de estos lugares, así como seguramente lo van a hacer con la Sierra Nevada”, precisó.
Por su parte, el también senador Fernando Nicolás Araújo manifestó que “mil veces me opongo a que los cabecillas hagan política con armas. El mayor riesgo de la paz en Colombia es la combinación de las formas de lucha, la combinación de la política y las armas, sin duda así se perpetúa la violencia”.
Para el congresista, el problema no consiste en el banal dilema de cuantos ‘sapos’ se tengan que tragar el uno o el otro, sino en que el Estado de Derecho es el único que puede ostentar el monopolio de las armas. Entonces, cuestionó el senador, “¿por qué el Gobierno permite que las Farc se muevan por Conejo ostentando sus armas mientras le hacen propaganda a los acuerdos de La Habana?”.
“Estos hechos confirman el riesgo tan grande que corremos con delegar en el gobierno de Santos y De La Calle la negociación con las Farc. Desde el Centro Democrático tenemos la obligación histórica de seguir defendiendo al pueblo colombiano en el marco de la ley y el orden constitucional para lograr la verdadera paz”, concluyó.