El sector público consolidado de Brasil registró en marzo un déficit primario de 10.644 millones de reales (3.094 millones de dólares al cambio actual) y aumentó el rojo fiscal a doce meses al 2,28% del PIB, informó hoy el Banco Central.
En febrero, el saldo negativo había sido de 23.040 millones de reales, equivalentes al 2,11% del producto en la medición a doce meses.
Con este resultado, Brasil vuelve a profundizar el rojo primario después de que en enero había logrado recortar el déficit a doce meses a 1,75% del PIB, tras conseguir su primer superávit en ocho meses previo al pago de intereses de la deuda pública.
"Esta tendencia tiene como principal factor la caída de la actividad económica que vemos en el país. La contracción muy probablemente aún no se detendrá", dijo el jefe adjunto del Departamento Económico del Banco Central, citado por el diario Valor Económico.
El resultado consolidado de marzo mostró un rojo de 8.944 millones de reales en el gobierno central, de 893 millones en los estados y de 806 en las empresas públicas.
Entre enero y marzo de 2016, el saldo negativo sumó 5.800 millones de reales, muy por debajo del superávit de 19.000 millones de igual período de 2015.
Brasil se debate en una honda recesión que derrumbó su economía 3,8% en 2015, en su peor resultado en 25 años, y que según la encuesta que realiza el Banco Central en el mercado podría ahondarse este año al 3,88%.
De corroborarse ese pronóstico, sería el primer bienio recesivo desde la década del 30.
El país cerró 2015 con un déficit primario de 1,88% del Producto Interno Bruto (PIB).
La debacle económica le costó a Brasil perder el grado de inversión otorgado por las agencias de calificación de solvencia, que bajaron los títulos soberanos de la mayor economía latinoamericana a la categoría "basura".
Hoy, el ente de estadísticas informó que el desempleo alcanzó al 10,9% en la medición trimestral a marzo, su peor resultado desde que se inició la serie en 2012.
La inflación anualizada marcó 9,39% en la última medición oficial en marzo.
Al negativo escenario económico se suma la crisis política que acorraló a la presidenta Dilma Rousseff por supuesta manipulación de las cuentas públicas y que podría terminar con su destitución.
Además, gran parte del arco político está siendo blanco de una exhaustiva investigación de corrupción en la estatal Petrobras, junto a varios grandes empresarios de la construcción, que ya ha producido decenas de denuncias, detenciones y condenas. /AFP