El exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss Kahn fue recibido el miércoles por una comisión del Senado francés, invitado por ésta para hablar del papel de los bancos en la evasión fiscal.
Strauss-Kahn está apartado de la vida política desde el escándalo de Nueva York, donde fue acusado en mayo de 2011 de agresión sexual por una empleada de hotel, lo que le costó el cargo en el FMI y puso fin a sus ambiciones presidenciales en Francia.
Esta intervención en el Senado puede aparecer como un primer paso hacia su rehabilitación en la vida pública francesa.
Strauss-Kahn, de 64 años de edad, llegó al Senado por los estacionamientos, para evitar a la prensa. No obstante, antes de su intervención afirmó: "no voy a irme como un ladrón". En efecto, tras su intervención ante la comisión, salió por la puerta principal del Senado, ante las cámaras pero sin hacer declaraciones.
En su intervención ante la comisión senatorial, el ex jefe del FMI se burló de quines "culpan a la finanza del desastre económico que vivimos".
El presidente francés, François Hollande, declaró durante la campaña electoral --en la que Strauss Kahn no pudo participar a raíz del escándalo-- que su "enemigo es el mundo de la finanza".
El retorno de Strauss-kahn a la escena política en tanto experto economista ha suscitado reservas tanto en la izquierda como en la derecha.
"Strauss-Kahn ya no pertenece a la rúbrica política", declaró la portavoz del gobierno Najat Vallaud Belkacem. "Yo no buscaría su peritaje, pero no soy yo quien lo invitó al Senado", agregó.
El exministro Gérard Longuet (UMP, oposición de derecha) consideró "no deseable" que se lo invitara al Senado porque Strauss-Kahn degradó "la imagen del hombre político".
"No nos corresponde a nosotros dar certificados de moralidad. No hay muchos muy buenos especialistas en materia bancaria y de evasión fiscal a nivel internacional", argumentó la senadora centrista Nathalie Goulet, vicepresidenta de la comisión de investigación.