Rusia inició este jueves la cuenta atrás a un año justo del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi con una celebración marcada por el cese del vicepresidente del comité olímpico ruso, Akhmed Bilalov, castigado por Vladimir Putin por el retraso en las obras.
El comité organizador celebró una gala en el Palacio de hielo Bolshoi, que contó con la presencia de Putin y del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) Jacques Rogge.
Estrellas rusas del patinaje artístico, una orquesta, acróbatas y payasos participaron en un espectáculo en el imponente edificio de 7.000 metros cuadrados recubierto de una cúpula de cristal futurista situado en la Villa Olímpica.
En unas breves declaraciones al final de la ceremonia, Putin señaló que el trabajo realizado en Sochi "no tenía precedentes en Rusia ni en la historia de los Juegos Olímpicos".
"Hacemos todo lo posible por justificar la confianza", añadió el político con respecto a la asignación de los Juegos por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) en 2007.
Rogge, por su parte, aseguró "no tener ninguna duda" de que Sochi estará lista para albergar los Juegos de Invierno entre el siete y el 23 de febrero de 2014.
Pero la noticia se produjo antes, cuando en el transcurso de una conferencia de prensa el viceprimer ministro Dimitri Kozak, encargado de supervisar los preparativos de los Juegos, anunció la destitución de Akhmed Bilalov.
Una medida tomada directamente por Putin por el importante retraso acumulado en la construcción del complejo de saltos de esquí para Sochi-2014, una obra que debería haber estado finalizada desde 2011.
"Se ha tomado una decisión al respecto", declaró Kozak. "La gente que no cumple con sus obligaciones a este nivel no pueden dirigir el comité olímpico de nuestro país", añadió.
"No es el único complejo en el que no ha cumplido con su deber, también hay algunos hoteles", dijo Kozak.
Este anuncio se produce al día siguiente de las duras críticas de Putin por el retraso en los preparativos para los Juegos de Sochi.
"¿Cómo puede ser que el vicepresidente del comité olímpico frene las obras", criticó Putin el miércoles ante los periodistas, tras visitar las instalaciones de Sochi y rodeado por todos los responsables de la organización de los Juegos, a excepción de Bilalov.
"¿También hay un sobrecoste?", preguntó Putin. "Sí", contestó Kozak, que precisó que el precio de las obras se ha multiplicado por ocho de lo inicialmente previsto, que era de 8.000 millones de rublos, a unos 200 millones de euros.
"Bravo, han trabajado muy bien", lanzó sarcásticamente Putin a los responsables de la organización de los Juegos de Invierno.
Esta decisión se produce pocos días después de que el gobierno ruso admitiese que el coste total de las infraestructuras para los Juegos, inicialmente previsto en 6.000 millones de euros, haya superado ya los 36.000 millones.
Esta cifra es muy superior a lo invertido en los dos últimos juegos invernales: Vancouver-2010 (1.400 millones de euros) y Turín-2006 (3.400 millones).
Por otro lado, la organización de los Juegos anunció este jueves que se ha abierto la venta de las entradas para las competiciones deportivas que se celebrarán dentro de un año, cuyos precios varían entre los 500 y los 50.000 rublos del billete para presenciar la ceremonia de apertura (de 12,5 a 1.250 euros).
AFP