Los sobrecostos en la ampliación de la Refinería de Cartagena reflejan una cifra monumental para el país hasta el punto que con el faltante de US$4.023 millones, se hubieran podido construir 200 mil viviendas de interés social para los colombianos. Pero con esos recursos también se hubiera podido levantar la primera línea del metro de Bogotá.
El hueco negro en las finanzas, que representa al cambio de hoy cerca de $13 billones, es un enorme agujero que es incomprensible para los colombianos.
Con esos recursos no se necesitaría ninguna reforma tributaria en los próximos años y es más del doble de lo que acaba de recibir el Gobierno por la venta de Isagen.
Además con ello se pudiera construir 200 mil viviendas de interés social. En materia de corrupción en el país, el descuadre en las finanzas de Reficar quintuplica el robo de Foncolpuertos y cuadruplica lo que las finanzas perdieron con Saludcoop.
Las pérdidas
Pero para rematar esta comparación, supone 10 veces más lo que los bogotanos perdieron con el carrusel de contratación.
Asimismo, con el faltante de US$4.023 millones, si se introducen a la economía colombiana, significarían casi 2 puntos del Producto Interno Bruto, PIB.
En su momento, el contralor Edgardo Maya dijo que además para darle perspectiva a la gravedad del descuadre en los valores que “el valor total de Reficar equivale a 1,5 veces la ampliación del canal de Panamá y 1,15 veces lo que se estima que costaría el Metro de Bogotá”.
Según el ente de control, los costos de la ejecución de Reficar aumentaron en US$4.023 millones, para un total de US$8.016 millones. El presupuesto inicial era de US$3.993 millones, lo cual significa que el precio aumentó 100%.
La Refinería de Cartagena está distribuida en 140 hectáreas dedicadas a generar derivados de petróleo y combustibles. Es la segunda refinería más importante después de la Refinería de Barrancabermeja.
El proyecto de modernización de la refinería empezó en el 2007 y debía estar listo en el 2012, pero los trabajos se extendieron hasta el 2015. Reficar firmó 2.390 contratos, hizo 717 adiciones en recursos y 1.052 subcontrataciones. Lo que descubrió la Contraloría General fue una feria de contratos, empezando por el que adjudicó a la compañía minera Glencore.
A partir de allí comenzaron los problemas, pues la firma adjudicataria cedió el contrato a CB&I, que se encargó de su ejecución, generando miles de contratos más. La Contraloría señaló que ejecutó 316 contratos (en pesos, dólares y euros), en los cuales se realizaron 977 adiciones y se vincularon 228 subcontrataciones. El costo inicial del proyecto fue de US$3.993 millones, pero saltó a US$8.016 millones, lo que muestra un sobrecosto de US$4.023 millones.
Contratación
Para la modernización de Reficar se dio vida a 1.846 contratos con 516 adiciones. Se pagaron $7,3 billones, pero suscribió 60 contratos y 127 adiciones por US$112 millones y un contrato en euros por 1,2 millones. El 17% de dichos contratos presentó incrementos superiores al 100% con lo cual se terminó pagando un adicional de US$142 millones y $35.000 millones. La actividad contractual se concentró en un reducido número de contratistas y algunos son contratistas comunes con las empresas CB&I y Foster Wheeler.
Señala la Contraloría que CB&I realizó un total de 255 contratos y 850 adiciones por los que pagó $2,7 billones. En dólares realizó 60 contratos y 127 adiciones por US$112 millones y en euros hizo un contrato por 1,2 millones. Dentro de esos contratos se encontró que el 29% presentó incrementos superiores al 100% en valor, que implicaron pagos adicionales por US$43 millones, 0,8 millones de euros y $1 billón.
La empresa Foster Wheeler suscribió 13 contratos y 34 adiciones por $11,503 millones. Entre la contratación de Reficar, CB&I y Foster Wheeler se encontró que el 18% de la contratación presentó incrementos superiores al 100%, lo cual llevo a pagar adicionales de 0,8 millones de euros, US$185 millones y $1,67 billones.
La Junta
Peor mientras la Fiscalía indaga sobre qué pasó con el descuadre financiero, ayer la junta directiva de Reficar señaló que “algunas aseveraciones sobre Reficar que han sido difundidas recientemente por algunos medios de comunicación contienen análisis con conclusiones equivocadas”.
Señalan que “las causas de las variaciones que ha tenido el proyecto en términos de su inversión y cronograma de ejecución no pueden ser explicados exclusivamente con el término ‘sobrecostos’”.
Sostienen que “hemos explicado en diversas oportunidades que estos responden a precisiones realizadas en la medida que avanzaba la ingeniería de detalle, mayor alcance, a costos de conflictos laborales y a la ineficiencia del contratista, entre otros factores imputables a este último; lo cual, se definirá aplicando los mecanismos de resolución de controversias contractuales”.
Indican los directivos que “el presupuesto de partida y el cronograma, contra el cual se contrasta el costo final del proyecto y el tiempo que tomó, fueron elaborados por CBI -principal contratista del proyecto-, quien aseguró a Reficar que eran exactos y confiables. El desarrollo del proyecto confirma que dichos presupuestos y cronogramas no fueron elaborados de manera correcta, ni precisa”.