Rusia y Estados Unidos volvieron a dejar en evidencia sus enfoques diferentes sobre la guerra en Siria, el mismo día en que el mediador internacional, el argelino Lajdar Brahimi, debe llegar a El Cairo para su primera misión de paz desde que entró en funciones.
La nueva disputa entre Rusia, gran aliado del presidente Bashar al Asad, y Estados Unidos, que reclama su salida, se produce cuando Brahimi considera "indispensable" el apoyo de la comunidad internacional para encontrar una solución a la crisis que comenzó hace casi 18 meses.
Las nuevas divergencias entre Moscú y Washington vienen a confirmar los temores de que continúe el bloqueo de los esfuerzos internacionales para solucionar el conflicto sirio, iniciado en marzo de 2011 por un movimiento de contestación pacífico que se militarizó frente a la represión del régimen.
La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton consideró insuficiente la idea de Moscú de promover una nueva resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU, que aprobaría el acuerdo concluido en junio sobre los principios de una transición política en Siria sin pedir la salida de Asad.
Tras pronunciarse el sábado, Clinton volvió a la carga este domingo, diciendo que "no tiene sentido aprobar una resolución sin consecuencias" en caso de incumplimiento, porque entonces el presidente Bashar al Asad la ignoraría.
En declaraciones hechas desde Vladivostok (Rusia), donde participó en la cumbre anual de la APEC, Clinton añadió que si persisten las diferencias con Moscú "trabajaremos con países afines para apoyar a la oposición siria y precipitar el día en que caiga Asad".
En tanto, en el terreno, la violencia seguía haciendo estragos. Ayer el ejército bombardeó con artillería pesada varias localidades para tratar de desalojar a los rebeldes. En Alepo, los bombardeos afectaron el barrio de Al Midan, provocando la destrucción de varias viviendas, precisó la ONG, que se apoya en una red de militantes y testigos./AFP