El papa Francisco anunció en la Plaza San Pedro la convocatoria a un sínodo especial dedicado a la Amazonia, que tendrá lugar en octubre de 2019 en Roma.
"El objetivo principal de esta convocatoria es encontrar nuevos caminos para la evangelización de aquella porción del Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, a menudo olvidados y sin la perspectiva de un futuro sereno, también a causa de la crisis de la selva Amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro planeta", dijo el papa.
El anuncio tuvo lugar después de una misa en homenaje a 35 nuevos santos, entre ellos treinta mártires, que vivieron en Brasil en el siglo XVII, y tres adolescentes mexicanos muertos en el siglo XVI, reflejo de la sangrienta historia de la evangelización de América Latina.
El Santo Padre encomendó a los nuevos Santos, apenas canonizados en la Plaza de San Pedro, que intercedan por este especial evento para que "en el respeto de la belleza de la creación, todos los pueblos de la tierra alaben al Dios, Señor del universo, e iluminados por Él recorran caminos de justicia y de paz".
Brasil derogó en agosto pasado el estatuto de reserva natural de casi cuatro millones de hectáreas de la selva amazónica, una decisión criticada por numerosas ONG y por la Red Eclesial PanAmazónica (REPAM)
Canonizacion de mártires
De otra parte, el papa Francisco canonizó a 35 personas, de ellas 30 mártires asesinados en Brasil en el siglo XVII por calvinistas holandeses, tres adolescentes mexicanos convertidos en el siglo XVI, así como a un español y un italiano.
La misa, con el tradicional rito de canonización, en la que el papa Francisco pronunció una homilía, fue seguida en la plaza de San Pedro por unos 35.000 fieles.
Estas canonizaciones son el reflejo de la sangrienta historia de la evangelización en América Latina, que en el estado brasileño de Rio Grande se inició en 1597 con los misioneros jesuitas y los sacerdotes llegados del reino católico de Portugal.
Pero en las décadas siguientes, la llegada de holandeses calvinistas generó persecuciones contra los católicos.
Los sacerdotes André de Soveral y Ambrosio Francisco Ferro, y sus 28 compañeros laicos -entre ellos un francés- canonizados este domingo fueron los primeros mártires de Brasil, asesinados por indios y soldados holandeses durante dos matanzas en 1645 en Cunhaù y Uruaçu.
Estos mártires, hombres, mujeres y niños, beatificados en 2000 por Juan Pablo II, murieron atrozmente, algunos con los corazones arrancados tras padecer torturas y mutilaciones, según los historiadores.
Los nuevos santos mexicanos Cristóbal, Antonio y Juan, adolescentes asesinados a causa de su fe entre 1527 y 1529, habían recibido una formación de los primeros misioneros franciscanos llegados de España.
El joven Cristóbal intentó convertir a su padre, que lo mató -tenía el joven 13 años- a bastonazos cuando volvía de la escuela franciscana.
Antonio y Juan, nacidos también en el centro de México, aceptaron acompañar como intérpretes en 1529 a misioneros dominicanos a la región de Oaxaca, en el sur de México. Los dos muchachos murieron a manos de los indios, cuando ayudaban a los misioneros a destruir representaciones de ídolos de los indígenas.
También fueron canonizados un italiano y un español.
Faustino Miguez (1831-1925), nacido en Galicia, en el noroeste de España, dedicó su vida a la enseñanza. El italiano Luca Antonio Falcone (1669-1724), fue un sacerdote itinerante que recorrió el sur de Italia. Fue beatificado en 1825.