Una ley que elimina el voto obligatorio y establece la inscripción automática, lo que supone un aumento de 4,5 millones de potenciales votantes, el 80% de ellos menores de 35 años, en una medida que busca perfeccionar la democracia chilena, fue promulgada por el presidente Sebastián Piñera.
"Es un día histórico para nuestra democracia porque promulgaremos una ley que va a producir un cambio profundo en la forma en que nuestra democracia funciona y (...) la hará más legítima, joven y participativa", dijo el mandatario.
El nuevo padrón electoral doblará el número de potenciales votantes, y un 37% del total serán menores de 29 años. Además, las mesas electorales dejarán de separar los hombres de las mujeres y se convertirán en mixtas, un cambio que ya será visible en las próximas elecciones municipales de octubre de este año.
La reforma termina con el sistema impuesto por la pasada dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que estableció la inscripción voluntaria para los mayores de 18 años y voto obligatorio de por vida una vez cumplido el trámite, con fuertes sanciones económicas para aquellos que no votaran.
Piñera advirtió de los signos de "fatiga" que la democracia chilena ha mostrado a su juicio en los últimos tiempos, y de la "pérdida o debilitamiento del prestigio de las principales instituciones democráticas".
El gobierno quiere complementar la reforma política con una ley de primarias vinculantes, otra que permita el voto a los chilenos residentes en el extranjero -cuya tramitación sigue encallada en el Congreso- y en los últimas semanas ha impulsado la discusión sobre un cambio al sistema electoral binominal.
Esta normativa, también heredada de la dictadura, determina la elección de dos representantes al Congreso por circunscripción. La coalición más votada obtiene el primer representante y el otro le corresponde a la segunda.
Para que un partido obtenga los dos representantes debe doblar a la segunda coalición más votada, lo que ha favorecido a la derecha chilena, que con tan sólo un tercio de los votos se ha asegurado una representación muy superior en el Congreso desde la llegada de la democracia.
La iniciativa de Piñera para discutir cambios en el sistema binominal ha provocado un quiebre en la coalición oficialista, que se evidenció la semana pasada cuando uno de sus partidos, Renovación Nacional, presentó un documento de propuesta junto a la opositora Democracia Cristiana, un partido de centro que forma parte del bloque de la Concertación.
La Unión Democrática Independiente (UDI), el segundo partido oficialista, expresó su profundo malestar por la iniciativa de RN, y mostró sus reticencias a cambiar el sistema./AFP