La compañía Malaysia Airlines anunció que el Boeing 777 desaparecido el 8 de marzo con 239 personas a bordo cayó en el Océano Índico y dio el pésame a las familias, sin aclarar las circunstancias de la desaparición del aparato.
"Con profunda tristeza y dolor debo informarles que, según estos nuevos datos, el vuelo MH370 terminó en el sur del Océano Índico", declaró el primer ministro malasio Najib Razak en una rueda de prensa.
En un SMS, la compañía había comunicado a los familiares que ninguna de las 239 personas a bordo sobrevivió.
El jefe de gobierno afirmó que un nuevo análisis de datos recabados por satélites situaba la última posición del avión mar adentro, frente a las costas occidentales de Australia, lejos de cualquier pista de aterrizaje.
Para los familiares de los pasajeros, "las últimas semanas han sido desgarradoras", reconoció el primer ministro. "Sé que estas noticias han de ser más duras aún", añadió.
En un mensaje en su página web, la compañía expresó su "más profundo pésame a los familiares y amigos" de los pasajeros del vuelo.
En el SMS enviado a los familiares de los pasajeros, la compañía afirma que "tenemos que asumir, más allá de cualquier duda razonable, que el vuelo MH370 se perdió y que ninguna de las personas a bordo sobrevivieron".
Al conocer la noticia, los familiares de los pasajeros del vuelo, mucho de ellos chinos, reunidos en un hotel de Pekín rompieron a llorar y se evacuó en camilla a una mujer que temblaba.
La compañía precisó que la búsqueda continuará, ya que "buscamos respuestas a preguntas que quedan pendientes" y que se llevará a los familiares de los pasajeros del vuelo a la zona en que se está realizando la búsqueda.
El vuelo MH370, que realizaba el trayecto entre Kuala Lumpur y Pekín, se volatilizó poco después de despegar el sábado 8 de marzo a las 00H41 (16H41 GMT viernes) con 239 personas a bordo, en su mayoría chinos, y varios extranjeros.
A medio camino entre Malasia y Vietnam, el avión cambió de rumbo, hacia el oeste, en dirección opuesta a su ruta, y los sistemas de comunicación fueron desactivados "deliberadamente", según las autoridades malasias.
El aparato voló durante varias horas antes de agotar el combustible.
- Dos corredores de búsqueda -
Tras analizar todos estos elementos, se establecieron dos corredores de búsqueda: uno en el norte, hacia Asia Central, y otro que se extiende desde Indonesia hasta el sur del Índico.
La mayoría de los expertos apostaban por este último corredor ya que consideraban que el avión no podía haber sobrevolado China o las repúblicas centroasiáticas sin haber sido detectado.
Las imágenes de satélites australianos, chinos o franceses registraron objetos flotando que derivaban entre la punta suroeste de Australia y la Antártida.
El domingo, las autoridades australianas habían afirmado que uno de los aviones desplegados en las labores de búsqueda del Boeing 777 había localizado un palé y varios cinturones o correas en el Índico.
El lunes, un avión australiano que participa también en la búsqueda, avistó dos objetos flotando en el sur del Índico, y un buque había ido a buscarlos.
El Pentágono ordenó asimismo el envío de un sónar ("Towed Pinger Locator") que puede detectar señales a una profundidad de hasta 6.000 metros. Estos aparatos están situados al final de unos cables de varios miles de metros de largo remolcados por un barco.
Los aviones comerciales poseen dos cajas negras. Una registra segundo a segundo todos los parámetros de vuelo y la otra las conversaciones así como los sonidos y anuncios que se oyen desde la cabina de los pilotos.
Pero para poder utilizar estas informaciones es necesario encontrar dichas cajas, una labor que se hace muy difícil cuando han caído al océano.
La urgencia es si cabe mayor ya que los emisores de dichas cajas se apagarán en unos 12 días y después resultará casi imposible encontrarlas en una de las regiones más inhóspitas del planeta.
Si los restos encontrados en el sur del océano Índico resultan ser del Boeing, la búsqueda podría ser más complicada que la del AF447 de Air France (que cubría la ruta Rio de Janeiro-París y cayó al océano Atlántico en junio de 2009), ya que la zona está a miles de kilómetros de las costas australianas y en ella suele haber mucho oleaje y vientos fuertes.