El investigador de la Corporación Nuevo Arco Iris, Ariel Ávila, respaldó al alcalde Gustavo Petro sobre la teoría de que las bandas criminales se encuentran en Cundinamarca y buscan llegar a Bogotá, lo cual ha sido negado por el Gobernador del departamento, Álvaro Cruz.
El investigador explicó que son estructuras de menor tamaño a las que operan en Antioquia y Córdoba y se dedican sobre todo al microtráfico y la extorsión en la región. “Los Pascuales y Los Tarazonas le compran la droga que venden en Bogotá a reductos de Los Rastrojos y narcotraficantes de los Llanos Orientales”, señaló Ávila, quien mencionó a municipios como Yacopí, La Palma y Soacha como posibles bases de estas estructuras.
Según Ávila, sucesos como la muerte del patrullero en Usaquén y el secuestro y asesinato del estudiante de la Universidad Sergio Arboleda son muestras claras de la presencia de estas estructuras delincuenciales organizadas en la ciudad y el departamento.