El Sevilla consiguió una agónica clasificación este jueves para la final de la Europa League, gracias a un gol del camerunés Stephane Mbia en el 90+4 para una derrota 3-1 en el terreno del Valencia, con la que pudo rentabilizar la ventaja 2-0 de la ida.
El destino fue cruel para el Valencia, que había sido muy superior en el juego y que vio escaparse el sueño de la final de Turín en el último instante, después de haber remontado provisionalmente la semifinal.
El argelino Sofiane Feghouli (14), un tanto en contra del arquero portugués Beto (26) y el francés Jeremy Mathieu (70) habían sellado esa remontada provisional, pero todo cambió con ese gol final de Mbia, que frustró las ilusiones de los locales de la manera más dolorosa.
El Sevilla podrá por lo tanto buscar la reconquista de un torneo que ya ganó en 2006 y 2007, cuando todavía llevaba su anterior denominación, Copa de la UEFA. El rival será el Benfica portugués, en Turín el 14 de mayo.
El reto de la Europa League es el mayor aliciente que le queda al equipo de Unai Emery para el final de temporada, ya que en la Liga española es quinto, pero ya casi sin opciones de alcanzar el cuarto lugar y clasificarse para la Liga de Campeones, tras caer el pasado domingo 3-1 en Bilbao ante el equipo que ocupa esa posición, el Athletic.
Por su parte, el Valencia vivió la cara más amarga del fútbol.
El 3-0 provisional con el que se llegó a los últimos minutos hacía pensar en una nueva remontada épica, como la de cuartos ante el Basilea suizo, ante el que se superó un 3-0 en contra de la ida con un 5-0 a favor en la vuelta. El estadio de Mestalla no pudo ser esta vez talismán.
El Valencia del argentino Juan Antonio Pizzi se despide así de la gran oportunidad de salvar su temporada, ya que en la Liga nacional va octavo, a 7 puntos de la séptima plaza del Villarreal, el último conjunto en puestos de clasificación europea, cuando quedan apenas tres jornadas -9 puntos en juego-.