Gabriel Sonny Cubillos
Periodista EL NUEVO SIGLO
La Constitución Política no limitó los mecanismos de participación ciudadana a los que ella enuncia o a los que están en la Ley 134 de 1994, por ello sería oportuno que el Congreso de la República piense en generar otros instrumentos especialmente diseñados para un asunto tan delicado como es la refrendación de los acuerdos de paz.
Así lo indica Juan Carlos Lancheros Gámez, director general de Derecho Justo, Centro de Estudios Jurídicos, esto a propósito de los inconvenientes que presenta el plebiscito por la paz que el Gobierno promovió en el Legislativo para que los colombianos le digan ‘Sí’ o ‘No’ a los acuerdos que se firmen con las Farc en La Habana.
El hecho de que a este plebiscito se le diera el carácter de vinculante implica que de ganar el ‘Sí’ hay que adelantar reformas constitucionales, por ejemplo, para habilitar la participación política de los guerrilleros condenados. Camino que no comparte el presidente del Congreso, Luis Fernando Velasco.
“Llevaría a pensar, por ejemplo, que lo que se acuerde y que signifique una reforma constitucional se debe adoptar automáticamente, y en ese sentido estaríamos creando un nuevo mecanismo (el plebiscito) para reformar la Constitución. Pero lo que tramitó el Congreso es una ley estatutaria, que no puede crear un nuevo mecanismo para reformar la Constitución. Me queda esa duda muy grande”, dijo.
Otro inconveniente que presenta el plebiscito por la paz es que solo se puede votar por el ‘Si’ o por el ‘No’, a pesar de que la agenda de negociación entre Gobierno y Farc contempla seis puntos en distintos aspectos.
Lancheros Gámez dijo a EL NUEVO SIGLO que “no significa que la Constitución haya limitado los mecanismos de participación a los que ella expresamente enuncia o a los que están contenidos en la Ley 134 de mecanismos de participación ciudadana. Creo que es válido que el Congreso encuentre otros mecanismos de refrendación de los acuerdos”.
En este sentido, el Director General de Derecho Justo dijo que ese nuevo mecanismo debería ser lo suficientemente claro como para que el ciudadano pueda diferenciar entre cuál es el respaldo jurídico al acuerdo y cuál el respaldo político.
Refrendación
Lancheros dijo que el Gobierno nacional tiene la obligación de cumplir y de honrar su palabra de preguntar a los colombianos sí efectivamente están de acuerdo con los convenios de paz.
Aunque, anotó, “el problema es que los mecanismos constitucionales no permiten que las preguntas se hagan con el nivel de profundidad que uno esperaba porque si efectivamente a un ciudadano le preguntan que si está de acuerdo con la paz, pues todos los ciudadanos van a decir que es por la paz: La cuestión es que los colombianos no son ingenuos y saben que detrás de esta publicidad hay mucha más tela que cortar, o sea hay muchos más aspectos de fondo que tienen que ver con la responsabilidad de los altos mandos de las Farc en el desmantelamiento de todo el aparato criminal que tenían”.
En ese sentido, Lancheros consideró que si en los acuerdos ese compromiso no queda claro que se materialice, “pues los colombianos no van a estar tranquilos de que todas esas prerrogativas que ellos están consiguiendo en las negociaciones sean realmente justificadas, que valgan la pena”.
Añadió que si bien es valioso y viable que el Gobierno haya impulsado el plebiscito por la paz para que los colombianos en las urnas se pronuncien sobre si refrendan o no los acuerdos con las Farc para poner punto final al conflicto armado “y que si bien es importante que el Congreso haya aprobado esta norma, la Corte Constitucional deberá mirar que este plebiscito no se convierta en una forma de validar política ni jurídicamente acuerdos que puedan estar por fuera del ordenamiento constitucional y por fuera del ordenamiento internacional”.
Lancheros llega a la conclusión de que los colombianos más que estar de acuerdo con un plebiscito por la paz, lo que estarían de acuerdo es en un mandato a las Farc para que hagan la paz a los colombianos.
“Tengo la impresión que de que acá lo que se está planteando es que si los colombianos respaldan al Gobierno nacional en sus esfuerzos por conseguir la paz, y se está vendiendo de esa manera. Y creo más bien que el pueblo colombiano estaría en la disposición de permitir que los integrantes de las Farc se reincorporen a la sociedad civil nuevamente siempre y cuando cumplan esas condiciones”.