El Senado colombiano iniciará el próximo miércoles el debate sobre un resistido proyecto que legaliza las uniones civiles entre personas del mismo sexo, en un ambiente político y social poco favorable, y con la oposición de la Iglesia católica, de gran influencia en el país.
La iniciativa del senador oficialista Armando Benedetti y del representante a la Cámara (diputado) por el Partido Verde, Alfonso Prada, fue aprobada en diciembre pasado por 10 votos contra 5 en la comisión primera del Senado.
Pese al mayoritario respaldo que obtuvo en ese primer debate (de cuatro que debe surtir en el bicameral Congreso), su paso en la plenaria del Senado está lejos de ser tan promisorio, como lo reconoce Benedetti.
"Para que pase el proyecto (en la plenaria del Senado) se necesita 51 votos por el sí, pero creo que habrá ausentismo" para eludir el debate, dijo a la AFP el senador del gubernamental partido de Unidad Nacional (La U, centro-derecha).
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que cuenta con mayoría en el Congreso, se ha mantenido al margen de esta iniciativa.
"El gobierno lo apoya filosóficamente, pero tiene demasiados temas en la agenda legislativa", lamentó Benedetti, quien recordó que varios senadores de la coalición de gobierno, del partido Conservador y La U, han expresado públicamente su rechazo.
El proyecto, que "regula la unión civil entre parejas del mismo sexo", como se denomina, responde a una sentencia de la Corte Constitucional, que en 2011 dio plazo al Congreso hasta junio de 2013 para reglamentar ese tipo de uniones.
Desde 2007 en Colombia, debido a decisiones de la Corte Constitucional, se le reconocen a las parejas homosexuales los mismos derechos sociales, patrimoniales y de herencia que a las uniones libres de heterosexuales, pero no pueden contraer matrimonio ni adoptar niños.
Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa, ONG que trabaja por la comunidad LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales), dice que el matrimonio igualitario aseguraría a las parejas del mismo sexo sus derechos.
"Hoy, con la unión libre de hecho, las parejas requieren un mínimo de dos años de convivencia para que se les reconozca sus derechos, con el matrimonio ese reconocimiento es inmediato", explicó a la AFP.
Sánchez se declara optimista sobre el debate en el Senado, aunque reconoce que hay "mucha resistencia".
"Desafortunadamente hay mucha desinformación. Se trata de un contrato de matrimonio civil, no de un debate religioso", señaló Sánchez, quien destacó que la aprobación del proyecto legalizaría una realidad que ya existe en el país.
Uno de esos casos es el de Elizabeth Castillo, líder de una asociación de 'mamás lesbianas'. "Yo quiero casarme para construir otra vida de visibilidad, más allá de los efectos legales", dijo a la AFP esta mujer cuyo hijo tiene ya 22 años.
También Benedetti resalta que la aprobación del matrimonio igualitario iría más allá del efecto legal. "Es una cuestión de equidad, de que tengamos una sociedad más igualitaria, que no discrimine, de respeto a los derechos humanos", puntualizó.
La jerarquía de la Iglesia católica se opone firmemente, pese a que desde los púlpitos los sacerdotes piden comprensión y no discriminar a los homosexuales.
"El verdadero y único matrimonio es entre un varón y una mujer", ha sostenido reiteradamente el cardenal Rubén Salazar, que además afirma no encontrar "ninguna razón que justifique que se hable de matrimonio homosexual".
En Colombia, cerca del 80% de sus 47 millones de habitantes son católicos, según la Conferencia Episcopal.
El proyecto del matrimonio gay, que ya fue adoptado en Uruguay, Argentina y Ciudad de México, en Colombia enfrenta un fuerte rechazo también de las iglesias cristianas evangélicas y de figuras públicas conservadoras como el Procurador Alejando Ordoñez.