Como una demostración de debilidad calificó el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón los constantes atentados a la infraestructura de Caño Limón-Coveñas, “ya no tienen más salidas sino los ataques a mansalva”.

En los últimos meses se han registrado unos 30 ataques al parecer por parte de la guerrilla de las Farc y el ELN, por lo que 500 trabajadores de la petrolera fueron despedidos. La medida fue calificada por el tesorero de la Unión Sindical Obrera en Arauca, Edgar Ramiro Pacheco, como una “masacre laboral” y considera que es una decisión arbitraria porque los obreros tienen un contrato firmado a un año.

El sindicalista de la USO manifestó que “los trabajadores dejarán de percibir sus salarios de mantenimiento de sus familias y quedarán desprotegidos de toda seguridad social, es la misma situación presentada en el año 2001, cuando se presentaron más de cien atentados contra la red petrolera en el departamento de Arauca”

Las arremetidas en contra del oleoducto impiden hace un mes el paso del petróleo, y millonarias pérdidas en gastos de plan de contingencia para evitar problemas en la producción y daños ambientales.

El jefe de la cartera de Defensa indicó que se incrementará el pie de fuerza y pidió ayuda a la comunidad para que denuncie y ayude a combatir dicha situación. 

Por su parte el ministro de Trabajo, Rafael Pardo dijo que “esas son las consecuencias terribles del conflicto que acaba afectando a familias y personas que no tienen nada que ver  y acaban perdiendo las fuentes de trabajo. Realmente lo que hay que buscar es apoyar las posibilidades de una finalización del conflicto y de un apoyo al proceso de paz que es lo que garantizaría para el país una nueva situación en términos de oportunidades, de tranquilidad y de posibilidades de inversión. Todos los grupos armados y acciones armadas acaban afectando a la población civil y este es un ejemplo de eso".