El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió a Washington de que Rusia tomará medidas para "poner fin a la amenazas" que suponen el despliegue de elementos del escudo antimisiles, sobre todo en Polonia y Rumanía.
"Ahora que estos elementos antimisiles están desplegados, tendremos que estudiar la forma de poner fin a las amenazas que han surgido respecto a la seguridad de Rusia", dijo Putin en una reunión, citado por agencias rusas de información, si bien insistió en que Moscú no entraría en una "nueva carrera armamentística".
El proyecto de escudo antimisiles estadounidense, lanzado en 2010, pasa por el despliegue progresivo en Europa del Este y en el Mediterráneo de potentes radares y misiles interceptores.
Presentado por Washington como una protección frente a Irán, Moscú lo ve como un sistema dirigido contra sus capacidades de disuasión nuclear.
"Todos esos elementos son pasos suplementarios hacia la desestabilización del sistema de seguridad internacional y hacia una nueva carrera armamentística", aseguró, para a continuación aclarar que Rusia no se dejará "arrastrar a esa carrera".
"Haremos todo lo necesario para conservar el equilibrio estratégico de fuerzas, que es la mejor garantía contra el surgimiento de conflictos de gran magnitud", subrayó.
El presidente ruso denunció igualmente el despliegue del sistema en Rumanía y Polonia como una "violación del Tratado sobre las fuerzas nucleares de alcance intermedio", en vigor desde 1988.
Rumanía puso en marcha el jueves en el sitio de Deveselu un elemento de ese sistema de defensa formado por misiles interceptores de tipo SM-2. Este forma parte de la segunda fase del proyecto de escudo estadounidense, tras el despliegue de un radar en Turquía y de cuatro buques Aegis dotados de capacidades de defensa antimisiles en Rota, España.
La tercera fase consiste en la puesta en marcha de un sistema de defensa antimisiles en Polonia. Los trabajos en el sitio de Redzikowo, que comienzan el viernes, deberían concluir a finales de 2018.