Desde hacía un buen tiempo que el cuadro albiazul no llegaba a la punta de la clasificación, salvo por una fecha al comienzo del campeonato. Y también hacía mucho tiempo que el equipo no lograba su clasificación anticipada a la liguilla final de los torneos cortos. Con 31 puntos ya tiene un cupo asegurado en la recta final del campeonato.
Todo ello es un logro que tiene nombre propio: Rubén Israel, el técnico uruguayo que en su segunda temporada con Millonarios está dando unos resultados que esperanzan a la afición más grande del país.
Basado en su gran experiencia como timonel de equipos en muchos países de Suramérica y teniendo en esta temporada una nómina que él mismo ayudó a confeccionar, Israel ha logrado que Millonarios, con altas y bajas como todos los clubes, vaya tomando cada vez más identidad en su estilo de juego y efectividad en los resultados.
"… Somos una familia entera, porque creemos el uno en el otro, en los planteamientos tácticos, respetando al rival, pero confiando en nuestras fuerzas para conseguir los objetivos", dijo Rubén el miércoles pasado, tras un valioso 3-1 ante Junior en El Campín.
Sin embargo, el timonel uruguayo llama a la calma tanto al equipo como a la afición. "Nunca hay que marearse, hay que mantener un equilibrio, la humildad y creer en nosotros mismos", sostuvo.
Con la victoria ante el cuadro tiburón (al cierre ayer de esta edición no había comenzado el partido de Millonarios contra Envigado), los albiazules sumaban un invicto de siete fechas. Incluso, según las estadísticas que lleva el propio equipo, la jerarquía, entrega y trabajo táctico se traducen en un alto porcentaje de efectividad en pases, demostrando que es una escuadra que, a través de la colectividad, busca siempre el arco rival.
Al mismo tiempo, se logró mantener la posesión del balón por encima de sus contrincantes en cuatro de los últimos siete partidos disputados, con un promedio de 54%.
Lo cierto es que Millonarios ilusiona una vez más. Se ve a un equipo comprometido y a un técnico que evidencia capacidad de manejo del grupo, como quedó demostrado el miércoles pasado, cuando se iba perdiendo en el primer tiempo 1-0 frente a Junior, pero tras el descanso los albiazules salieron con otra disposición táctica y actitud, adueñándose del balón y convirtiendo tres goles de factura.
Lo importante ahora es concentrarse para el inicio de la liguilla. Allí no se puede fallar y es seguro que no será nada fácil aspirar a la gran final, pues equipos como Nacional y Junior, así como otras escuadras que van asegurando cupo, son rivales muy difíciles de vencer. Habrá que ir partido a partido, practicando el mismo fútbol que hoy ya tiene al equipo clasificado y corrigiendo los errores que a veces hacer ver a los albiazules como una escuadra muy irregular.