La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, inició este lunes en Bruselas una reunión con las máximas autoridades de la Unión Europea para hablar del acuerdo comercial UE-Mercosur, de cooperación, y de los desafíos mundiales como la regulación de internet.
Rousseff, que el viernes se reunión con el papa Francisco en el Vaticano, fue recibida a su llegada a la sede de la Unión Europea por el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el del Consejo, Herman Van Rompuy.
También tenía previsto participar en el encuentro el comisario europeo para Comercio, Karel de Gucht.
Bruselas y Brasilia establecieron en 2007 una Asociación Estratégica que les ha permitido intensificar la cooperación de alto nivel.
En las pocas horas que pasará en la capital comunitaria europea, Rousseff también informará a sus socios de los acontecimientos internos de Brasil, que se prepara para acoger este año el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos en 2016.
Asimismo, hará un recorrido por el horizonte internacional, en particular, Irán, Siria y el proceso de paz en Oriente Medio, América Latina y África.
Otros asuntos que abordarán a lo largo de la mañana son la regulación y la gobernanza de internet así como el cambio climático, políticas energéticas y desarrollo sostenible.
Brasil ha convocado una conferencia internacional sobre gobernanza de internet para abril y busca el máximo de adhesión.
Rousseff también pretende dar un empujón a las negociaciones de un acuerdo de libre comercio UE-Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) reanudadas en 2010 tras seis años empantanadas.
Los cuatro países fundadores -Venezuela no presentará oferta, porque todavía está adaptando sus normas al bloque- preparan una oferta conjunta.
La UE es el principal socio comercial de Brasil, con el 20% de sus exportaciones. Asimismo, el 21% de las importaciones brasileñas proceden del mercado comunitario.
La UE registró por primera vez en 2012 un supéravit comercial con Brasil de 2.300 millones de euros --el déficit en 2011 fue de 3.300 millones-- y lo aumentó en 2013 a 7.100 millones debido a la caída de las exportaciones brasileñas al mercado comunitario.