La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo estar "preocupada" con los atrasos en el estadio mundialista de Curitiba, que visitó este viernes, y exigió a los responsables de su construcción garantías de que el recinto estará listo para la Copa, que arranca en poco más de un mes.
El Arena da Baixada (estado de Paraná, sur) es uno de los quebraderos de cabeza de la FIFA, que estuvo a punto de dejarlo fuera del Mundial en enero y que ya adelantó que será entregado en el "último minuto".
"La presidenta está preocupada, tanto que pidió a Mario Celso [Cunha, secretario del estado para el Mundial] y otros dirigentes que le garantizaran que todo va a estar en orden. Salió tranquila, pero quiere que todo esté listo para los juegos", dijo a medios de prensa Paulo Bernardo, ministro de Comunicaciones, que participó de la visita.
Rousseff, que no hizo declaraciones a la prensa, se tomó fotos con los obreros portando una camiseta del club Atlético Paranaense con el número "13" y el nombre "Presidenta Dilma" en la espalda.
Según el sitio Globo Esporte, aún faltan por instalar 10.000 de las 43.000 asientos del estadio. Pasillos, baños y salones VIP permanecen en obra, así como el principal acceso a la Arena.
De su lado, el gramado, los arcos, los bancos de reserva, las pantallas y los vestuarios ya fueron terminados y probados en un partido amistoso disputado el 29 de marzo ante 10.000 espectadores.
El jueves, Rousseff inspeccionó el estadio de Sao Paulo, que recibirá el partido inaugural del Mundial y aún está en obras.
Con la visita del viernes, la presidenta completó una gira por cada uno de los 12 estadios para el Mundial-2014, que arranca el 12 de junio y se extiende hasta el 13 de julio.
En Curitiba se concentrará la selección campeona del mundo, España, que también juega en esa ciudad un partido contra Australia (23/6).
El Arena da Baixada acogerá igualmente los juegos Irán-Nigeria (16/6), Honduras-Ecuador (20/6) y Argelia-Rusia (26/6)./AFP