Los retos que contempla el Plan de Acción Laboral, PAL, suscrito entre Colombia y Estados Unidos en el marco del Tratado de Libre Comercio, aún persisten luego de 4 años de trabajo bilateral.
El ministro de trabajo, Luis Eduardo Garzón dijo que “aún tenemos retos por desarrollar y seguiremos avanzando para superar los problemas y obstáculos en beneficio de los derechos y las garantías laborales”.
El jefe de la cartera laboral resaltó que el trabajo conjunto, de los dos gobiernos y sus esfuerzos, ha permitido dar cumplimiento a todos y cada uno de los compromisos asumidos.
Pese a que Colombia ha experimentado un fuerte y sostenido crecimiento en la última década, las políticas dirigidas a los más vulnerables deben reforzarse porque aún persisten desigualdades.
“Ahí tenemos un reto sin precedentes. La pobreza es mayor en las zonas rurales, 42,8%, mientras que en las zonas urbanas es de 26,9% (cifras a 2013), motivo por el cual hemos planteado un nuevo escenario de cooperación con el Departamento de Trabajo de Estados Unidos”, sostuvo Garzón.
Desafíos
El titular de la cartera laboral indicó que “este hecho permitirá continuar avanzando en los desafíos que tenemos y en una mirada más profunda que nos permita avanzar el trabajo en el campo. Nuestra prioridad es romper la dramática informalidad, en 13 áreas metropolitanas es en promedio del 49%, en el país es del 64%, en el campo del 88%”.
De acuerdo con los estándares internacionales en materia laboral, en Colombia existen 8 millones 475 mil 437 trabajadores que son sujetos a la inspección de trabajo, y por ello se aumentó la planta de inspectores de 480 a 904, que representa una tasa de 5 a 10,66 en relación con la población trabajadora.
El proceso de creación de cargos y disponibilidad ya se cumplió y se están incorporando todos los inspectores. En la actualidad el país cuenta con 703 inspectores en ejercicio, distribuidos en 35 Direcciones Territoriales.
De otra parte, las centrales obreras calificaron negativamente el balance del PAL. El director general de la Escuela Nacional Sindical, Carlos Julio Díaz le dijo a El Nuevo Siglo que si bien este plan ha tomado algunas medidas, lamentablemente hay pocos avances de fondo por lo que de una valoración de 1 a 3 lo califican en 1,5.
Intermediación
“Los efectos en estos 4 años son similares en todos los sectores. La intermediación laboral ilegal sigue en el mismo nivel, pues se presentó una masiva mutación de esta práctica. Anteriormente la intermediación la hacían las cooperativas de trabajo asociado, CTA, hoy se hace mediante las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS), por fundaciones y por los contratos sindicales. Y en algunos casos se intensificó la discriminación a trabajadores sindicalizados, no renovando sus contratos y dificultando aún más su posibilidad de organizarse para reivindicar sus derechos” afirmó Díaz.
Según el dirigente sindical, uno de los grandes problemas que afronta el país es la alta tasa de informalidad laboral, no sólo de trabajadores por cuenta propia, sino también por aquellos 6 millones de empleados que están bajo formas ilegales de vinculación, a través de cooperativas, fundaciones, etc., por lo que sostiene que el Plan de acuerdo laboral firmado con Estados Unidos, no ha transformado la realidad de la clase trabajadora, ya que no hay capacidad del Estado en materia institucional para ejercer control, ya que las penas de prisión y las multas no se han producido.
El dirigente sostuvo que “hasta ahora no se ha sancionado a nadie por violación del artículo 200 del Código Penal, las multas impuestas por intermediación ilegal no son cobradas de manera efectiva, y las cientos de querellas presentadas por las organizaciones sindicales por intermediación ilegal y uso ilegal de pactos colectivos no se han tramitado diligentemente. En suma, no se ha propiciado el escenario adecuado para incentivar los acuerdos de formalización, y mucho menos para que otros empresarios corrijan sus conductas”.
Formalización
“En materia de formalización hay políticas y anuncios, pero lamentablemente los avances son muy pobres, si uno mira el Plan Nacional de Desarrollo (PND), que presentó el Gobierno para los próximos cuatro años reconoce que la formalidad en Colombia es tan solo del 36%, mientras que la informalidad es del 76%”.
Igualmente el director de la Escuela Nacional de Sindicatos dijo que pese a que se han tomado medidas en los 10 temas y las 37 acciones a las que se habían comprometido, aún son pocos los avances reales que se han tenido “si bien no se esperaba que la implementación del PAL modificara de manera inmediata la grave e histórica situación laboral y sindical, sí era de esperar que una tendencia de cambio se generara en los sectores priorizados, que son puertos, azúcar, flores, palma y minería”.
Para las centrales obreras el primer paso para cambiar la realidad de la clase trabajadora en el país, es que el Gobierno acepte la realidad por la que se está atravesando. “Lo primero que debe hacer el Gobierno es expresar en el Plan Nacional de Desarrollo metas más ambiciosas en cuanto a formalización laboral, materia de fortalecimiento a la inspección laboral y protección a la libertad sindical, ya que plantear una reducción de 2 puntos en materia de informalidad es una meta bastante pobre” sostuvo Díaz.
“Necesitamos que haya una actitud por parte del Ministerio de Trabajo más diligente, más defensiva y encaminada a luchar por los derechos laborales, y tratar de aplicar de manera rigurosa las recomendaciones realizadas por los organismos de control de la OIT”, dijo el dirigente sindical, quien a su vez agregó que la impunidad sindical sigue en márgenes cercanos al 90%.