El servicio el eléctrico se reestableció este miércoles en Buenaventura, principal puerto de Colombia en el Pacífico, tres días después de que un ataque atribuido a la guerrilla FARC dejara a 400.000 personas sin luz.
"En reunión con @mindefensa y Comandantes analizamos situación de seguridad en el Pacífico y país. Servicio de luz restablecido en Bventura", escribió el presidente colombiano Juan Manuel Santos, en su cuenta de Twitter.
La ciudad del oeste del país quedó sin energía desde el domingo a las 09H45 (14H45 GMT), cuando, según las autoridades, miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), derribaron una torre eléctrica que abastecía a la zona.
Las labores de restablecimiento se ralentizaron por "sospechas" de presencia de minas antipersona en los alrededores del lugar.
Después de que los militares aseguraran el sitio, técnicos de la Empresa de Energía del Pacífico (EPSA), implementaron una torre suplente para posibilitar la reconexión.
Unos 75 operarios de la entidad, 50 en el sitio del ataque en una zona rural aledaña a la ciudad, y otros 25 en Buenaventura, participaron en "las labores de montaje de la torre de emergencia", así como en la "preparación de las subestaciones y los circuitos para ir restableciendo paulatinamente el suministro", según un comunicado de la EPSA.
Dos días después del atentado en Buenaventura, un ataque atribuido igualmente al grupo rebelde, dejó sin luz al municipio de Tumaco, también en el Pacífico colombiano.
La guerrilla de las FARC, que sostiene diálogos de paz con el gobierno colombiano en Cuba desde 2012, reinició sus ataques contra infraestructuras en Colombia tras el fin de un cese al fuego unilateral anunciado el pasado 22 de mayo.
La negociación de paz se da en medio de tensiones en La Habana, sin que se haya decretado una tregua bilateral previa, pues Santos considera que los rebeldes lo aprovecharían para fortalecerse.
El conflicto armado colombiano, que en cinco décadas ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, ha dejado oficialmente más de 220.000 muertos y unos seis millones de desplazados.