Mensajes contradictorios, una larga ausencia mediática del jefe de gobierno y un partido de fútbol: la gestión del rescate europeo a la banca española, que Madrid quiso presentar como un éxito, puede acabar pasando factura política al gobierno, según analistas.
"Es un éxito difícil de creer", explica a la AFP el filósofo y analista político Josep Ramoneda.
"No hay nadie en el mundo que dé 100.000 millones a cambio de nada", agrega, convencido de que, contrariamente a lo que asegura el gobierno español, la ayuda europea conllevará más austeridad.
El mensaje tranquilizador del presidente del ejecutivo conservador, Mariano Rajoy, que aseguró no haber cedido a ningún tipo de presión, "va en esa línea de la ocultación de la realidad que está practicando desde hace tiempo", considera.
Rajoy "es consciente de que el rescate le costará el cargo" y por eso intenta maquillarlo, agrega.
Tal vez por eso "nunca aparece para dar las malas noticias", agrega Antón Losada, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Santiago de Compostela.
"¡Rajoy cumple sus promesas! ¡Prometió transparencia y no hay forma de verle!": retwitteado entre el sábado y el domingo bajo el hashtag '#RajoyCobarde', este mensaje ilustraba el criticismo ante la poca visibilidad del dirigente en un tema crucial para el país.
Fiel a su costumbre de comparecer poco ante los medios, Rajoy no participó el sábado en la rueda de prensa de su ministro de Economía, Luis de Guindos, para explicar las condiciones de la ayuda a España.
Su ausencia levantó ampollas en la prensa: "Rajoy se esconde y quema su capital político", lanzaba el diario de izquierdas El País.
Ante las críticas y la incomodidad de hacer su primera aparición tras el rescate en el partido España-Italia, este domingo en la Eurocopa de Polonia, el jefe del ejecutivo anunció el domingo por la mañana que daría una rueda de prensa una hora y media después.
Allí se esforzó por presentar la ayuda exterior como un éxito, asegurando haber presionado al Eurogrupo para obtenerla.
Contradictorio con el "no va a haber ningún rescate de la banca española" lanzado por él mismo hace dos semanas, este mensaje contribuía a la confusa comunicación de un ejecutivo cuyo ministro de Industria, José Manuel Soria, insistía aún el sábado por la tarde: "No está planteado en ningún momento por parte del gobierno pedir ningún tipo de ayuda".
Para el diplomático y comentarista político José María Ridao, "este gobierno, como en gran medida el gobierno anterior, no hace política sino propaganda". "Piensan que ocultan con lo que dicen hoy lo que dijeron ayer", agrega.
Pero este mensaje confuso puede tener un alto coste político, advierte.
"La percepción obvia del electorado es que le están diciendo cosas contradictorias, cosas que son como acelerar en punto muerto", afirma. "Creo que esto es lo que se puede llevar a este gobierno por delante mucho antes" del fin de la legislatura, agrega.
En opinión de Losada, las contradicciones se deben a que Madrid se resistía a solicitar la ayuda.
"Yo creo que no lo iban a pedir pero al final no fueron capaces de soportar una presión que ha sido brutal por parte de algunos países de Europa", afirma.
"El gobierno de Rajoy no ha sabido defenderse, no ha sabido aguantar la presión y yo creo que eso va a implicar un coste político inasumible", estima, considerando que "va a ser absolutamente imposible que agote la legislatura".
¿Contribuirá esto a la pérdida de credibilidad del gobierno español, desde hace tiempo en el punto de mira de los mercados?
"Mi teoría es que Rajoy ya no tiene imagen que debilitar, él no lo sabe todavía pero es un muerto político", afirma.
"En un momento crítico para la construcción europea, España, que es la cuarta economía de la zona euro y uno de los países con más personalidad europea, pasa a ser un país completamente irrelevante", asegura. "No hay gobierno que soporte eso".
AFP