Los legisladores del partido Republicano participarán esta semana de una jornada de reflexión y discusión interna, para buscar definir una posición unitaria sobre la reforma migratoria, antes de las elecciones de noviembre.
El jueves, un día después del esperado discurso del presidente Barack Obama sobre el Estado de la Unión, los 232 legisladores republicanos de la Cámara de Representantes (diputados) se encerrarán en un resort en la costa de Maryland.
"El jueves (...) vamos a definir nuestras normas, principios de la reforma migratoria y tener una conversación con nuestros integrantes", dijo el presidente de la cámara de Representantes, el Republicano John Boehner.
"Y cuando nuestra conversación se termine, tendré una impresión más clara de aquello que nuestros integrantes tienen en mente", añadió.
El debate ocurre en momentos en que asesores legislativos admiten que varios de los republicanos en ese 'retiro' presionarán por una revisión completa de las leyes de inmigración, de forma a incluir un camino para legalizar la situación de 11 millones de personas que viven en las sombras en el país.
Según dijeron al diario The New York Times esas fuentes legislativas, la declaración de principios a ser definida no llegará a extender la ciudadanía a los adultos que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos, pero abriría una puerta para la ciudadanía a aquellos que fueron traídos al país aún siendo niños.
Los líderes republicanos han reconocido la necesidad de una reforma, citando el bajo apoyo al partido por parte de la creciente comunidad hispana.
Sin embargo, insisten en encarar el desafío de la reforma migratoria en pedazos, aprobando leyes específicas para cada aspecto de la cuestión, en vez de aprobar un paquete general, como lo hizo el Senado el año pasado.
Los sectores más conservadores del partido, al mismo tiempo, insisten en que la legalización de inmigrantes ilegales equivaldría a una amnistía, como lo señaló el lunes en un editorial la publicación conservadora National Review.
De acuerdo con la revista, la adopción de una "amnistía a extranjeros ilegales" es "un error no forzado".
"El camino correcto es fácil y claramente alcanzable: No hacer nada" en términos de inmigración y concentrarse en cuestionar los proyectos del presidente Obama sobre los planes de salud.
El Senado estadounidense aprobó el año pasado la más profunda reforma de la legislación migratoria en una generación, incluyendo entre otros asuntos la legalización de ilegales como la posibilidad de adquirir la ciudadanía estadounidense en un período de 13 años.
Pero aunque esa reforma en el Senado fue aprobada con apoyo de los dos principales partidos políticos, los republicanos que controlan en la Cámara de Representantes se han negado a llevar la cuestión a voto, a pesar de la presión de grupos empresariales que apoyan la iniciativa como forma de impulsar la economía./AFP